Y como no siempre hay que estar instalados en la crítica, conviene echar un riqui-raca a los que prefieren la decencia y la racionalidad. En los últimos días dos conocidos y reputados empresarios, Óliver Alonso y Juan Miguel Sanjuán, dedicados a sectores económicos muy diferentes, han dado un paso al frente y se han posicionado contra el disparate de rechazar la inmigración con los peregrinos argumentos que lo hace el partido que teóricamente siempre está más cerca del empresariado, el PP. Alonso (Domingo Alonso, S.A.) y Sanjuán (Satocan) han resaltado la enorme hipocresía que gira en torno a este asunto, la necesidad de mano de obra que requieren los países industrializados y lo aconsejable de huir de debates estériles y ordenar un fenómeno que es del todo imparable. Lo dicho, un riqui-raca.