Les comentábamos el otro día el cabreo del consejero de Obras Públicas, Castro Cordobez, con la salida de la normalidad experimentada a la hora de adjudicar el consejero Ruano las obras del Palacio de Justicia de Las Palmas de Gran Canaria. Ya saben que correspondió el honor a una de las empresas del régimen, Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), lo que compromete al reparto de obras que se van a adjudicar con cargo al Plan de Carreteras. Esas obras, que lo sepan, se adjudican por una comisión de seis miembros que, José Segura dixit, son tres para tres, o sea tres de aquí y tres de Madrid. Pero es evidente que lo que procede es el acuerdo entre las Administraciones central y autonómica. Así las cosas, ahora vienen las preguntas: ¿Qué se sabe de la última fase de la Circunvalación de Las Palmas de Gran Canaria? ¿Saldrá en esta legislatura o sólo si sale la de Santa Cruz al mismo tiempo, que tiene ciertos problemas ambientales? Por cierto, que el asfalto no cubra la tira de millones que se van a gastar en proyectos de Control y Vigilancia y donde informantes sin identificar hablan de cosas que habrá que investigar. Esperemos que para nada, que el limpiaparabrisas ya no puede con lo que cae.