Ana María Matute: “Todavía no se me ha terminado la juventud”

SANTANDER, 29 (EUROPA PRESS)

A sus 85 años, a la escritora Ana María Matute todavía le sorprende “todo”. Por eso piensa que no se le ha “terminado del todo la juventud” y por eso, en estos momentos, se va a poner a escribir un nuevo libro, del que no quiere dar más detalles porque cree que da “mal fario”. Es una de sus “supersticiones”, pero de las que se inventa ella misma.

La autora de 'Olvidado Rey Gudú', el libro que siempre quiso escribir, no le gusta “dejar que las cosas se pasen y se apaguen poco a poco”. “Lo que cuenta es vivir, estar vivo”, expresa.

Escribir “bien” es la principal aportación que esta académica de la Lengua puede hacer al uso del español. Y es también lo único que le puede aportar de lo que realmente le “apasiona” y a lo que dedica la mayor parte de su tiempo: leer.

“No puedo dejar de leer”, dice Matute, que confiesa que lee de todo, y que incluso ha caído en la reciente moda de la novela negra nórdica.

La autora de 'Primera memoria' explica que su objetivo al escribir es encontrarse a sí misma. “Pero siempre me escapo en el último momento”, añade.

UNA NIÑA DE 85 AÑOS

Esta escritora se sigue viendo como una niña --y como una niña “tonta”, añade--. “No me noto haber cambiado mucho. Sé que estoy vieja al mirarme al espejo, cuando me duele la espalda, pero me siento igual que a los 15 ó 20 años”, afirma.

Aún así, sí que hay cosas en las que ha cambiado. Aunque sigue escribiendo para “vengarse” de los adultos, expresa que ya no es “nada rebelde”. “La rebeldía se me cayó, la perdí y no sé donde está”, admite, si bien reconoce que sigue encontrándose con cosas que le hacen “enfadarse”, sobre todo aquellas contra las que no puede “hacer nada”.

Para ella, que comenzó a escribir a los cinco años, los niños de hoy “siguen teniendo imaginación”, aunque a veces les “perjudica” que se lo den “todo hecho”. Los que han cambiado, opina, son los padres, “culpables” de los “defectos” de unos niños que, en ocasiones, ya no lo son, y que llegan a la edad adulta “olvidando” su infancia. “Hay gente que no se ha enterado de que han sido niños”, lamenta.

En su caso, ella combina la “severidad” de su madre con el carácter “mediterráneo” de su padre. Pero Ana María Matute, nacida en 1926, considera que a ella y a su generación lo que más le ha “marcado” es la Guerra Civil, hasta el punto de que todavía hay noches que “sueña” con los bombardeos, de los que se acuerda cada vez que oye fuegos artificiales.

“Hay cosas que no puedo olvidar”, sentencia Matute, que por un lado considera “muy sano” el olvido del “fuego y el odio” y que se dé un “respiro” sobre la Guerra Civil, “porque todos somos españoles”, pero que también apuesta por el recuerdo de aquellas experiencias.

“Sin libertad no se puede escribir, ni vivir”, afirma Ana María Matute, que esta tarde se encuentra con su público en el marco de los 'Martes Literarios', dentro de la programación cultural de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander.

A los jóvenes escritores les recomienda “que no arrojen la toalla, que escriban, que no se desanimen por un pequeño fracaso”. “No peregriné yo poco con mi primera novela, a los 17 años”, rememora, hasta que una editorial se la publicó. “No me lo creía, dormía con el libro debajo de la almohada”, recuerda esta escritora, que al hablar de la situación económica, ironiza con que ella ha estado “siempre” en crisis económica.

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