Antonio Puente reafirma la atlanticidad como marco cultural en el que pensar Canarias
Canarias y la identidad cultural atlántica. Fundamentos teóricos a través del pensamiento, la literatura y el arte es el título de la tesis que el escritor, periodista y sociólogo Antonio Puente defendió este martes 23 de julio en la Universidad de La Laguna, obteniendo la máxima calificación, sobresaliente cum laude, en el programa internacional Islas Atlánticas, Historia, Patrimonio y Marco Jurídico Institucional, con validez en las otras cuatro universidades que lo conforman: Las Palmas de Gran Canaria, Cabo Verde, Madeira y Azores.
Codirigida por el catedrático de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de La Laguna (ULL) Juan Manuel García Ramos y el profesor Francisco Lázaro Ruiz Rodríguez, profesor titular del departamento de Historia del Arte de la ULL y su tutor en el programa, el Tribunal estuvo presidido por la catedrática de Literatura Hispanoamericana Alicia Llarena, y compuesto por el profesor titular de Teoría de la Literatura José Manuel Marrero Henríquez, que actuó como vocal, y la profesora titular de Hispanoamericana de la ULL Nieves Concepción Lorenzo, como secretaria.
El objetivo de la investigación, explica Antonio Puente, es “extraer un corpus unitario del imaginario de Canarias como parte integrante de la cultura insular atlántica”. Como el propio programa de Islas Atlánticas, es un trabajo multidisciplinar, que “participa de la antropología, la semiótica, la psicología social, sociología de la cultura, arte, literatura comparada”, enumera su autor.
El peso de la geografía
La principal característica común a las islas atlánticas es “la hegemonía del espacio sobre el tiempo, como si este fuera mero subsidiario de aquel”, sostiene Antonio Puente. En esta tesis desarrolla la idea de que lo insular atlántico se distingue por una “abrumadora proximidad a la geografía, frente a una historia líquida, además literalmente, pues, como señala García Cabrera, nuestra Historia proviene necesariamente del mar”. “La maciza geografía”, señala, “tiene un peso mayor que la historia, que secularmente se ha vivenciado como si se encontrara en otra parte”. Cita a Agustín Espinosa: “Solo geográficamente puede ser explicada nuestra génesis mítica”; a Pedro García Cabrera y Domingo Pérez Minik: “El insular vive más cerca de su geografía”.
Puente se ocupa en su investigación de otras “características básicas” de las islas atlánticas. En la comarca que va de la Macaronesia a las Antillas, todas, indica el autor de la tesis, “han padecido el colonialismo, y comparten lo que tanto Antonio Benítez Rojo, como el catedrático de Azores Machado Pires o el propio García Ramos han llamado el 'atlantismo anímico', una pulsión psicosocial y cultural, que proviene de una suerte de carencia endémica, tal y como la define el autor de Atlanticidad”, ex consejero de Cultura del Gobierno de Canarias.
Se trata, señala Antonio Puente, de “la remota sensación de los habitantes de un lado y otro del océano, de que fuimos soñados todos de una vez y con algún objetivo común que jamás hemos descubierto”. Para el nuevo doctor, “es interesante detectar ese vacío primigenio, porque ilustra muy bien el sentido de la palabra magua, tan difícil de explicar fuera de nuestras fronteras, y que es una suerte de nostalgia del presente, que se anticipa a cualquier vivencia”.
En su trabajo de investigación, Puente identifica otras dos características comunes a las islas atlánticas, derivadas de ese desajuste entre espacio y tiempo. Se refiere, por un lado, a “la ambivalencia del territorio entre lo paradisíaco y la reclusión”, y por otro, y como consecuencia de este rasgo, “un cierto desarraigo existencial”.
“Incluso para los propios isleños”, explica Antonio Puente, “la isla es, en efecto, el lugar al que se quiere llegar, como destino idílico, y del que se quiere huir, como el náufrago de la 'Isla de las maldiciones', de la novela Crimen de Agustín Espinosa, una bipolaridad que procede, como explica Domingo Pérez Minik, de 'ese imperativo geológico radicado entre el recuerdo de un paraíso perdido y un purgatorio opresor de abandono'”.
En su investigación, Puente llega a la conclusión de que “frente al Mediterráeno, que es un mar culturalmente cimentado, el Atlántico es un mar perpetuamente inédito, por descubrir. Un mar presocrático, en definición de Manuel Padorno. No un mar, sino un océano, o un mar 'medi-oceánico', cuya metrópoli, en términos existenciales, está en el agua de altamar”.
Comarca cultural atlántica
La investigación hace inventario del pensamiento sobre la condición insular atlántica, una tradición en la que destacan varios autores de las Islas Canarias. Uno de ellos es Ángel Sánchez, premio Canarias de Literatura, cuyo libro Ensayos sobre cultura canaria (1984) es una de las referencias citadas en la tesis de Antonio Puente. De Sánchez, el investigador comenta, entre otros, el concepto de “criollo euroatlántico” con el que define la condición insular canaria. Esa imagen, afirma Antonio Puente, “tiene hoy aún más validez que cuando la enunciara, en los años 80, del mismo modo que el marco geográfico que mejor define al Archipiélago es el de ”comarca cultural atlántica“, que acuñara en su Atlanticidad (2002) el catedrático de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de La Laguna y escritor Juan Manuel García Ramos, codirector de la tesis.
Otra de las referencias en esta investigación es la obra poética de Manuel Padorno. La imagen con la que define la insularidad canaria, “genuino país de la otra luz”, “hilvana el peculiar espacio insular con la naturaleza de la poesía”, observa Antonio Puente.
“Desde el Lancelot 28º 7º” de Agustín Espinosa a los más diversos autores sobre la insularidad atlántica en nuestros días“, argumenta, ”es imposible zafarse de una específica mitología atlántica, que no es en absoluto una esencia, sino la más flagrante de las presencias, en la medida en que opera en nuestra cotidianeidad acorralada, conforme a la definición del mito que ofrece el sociólogo Edgar Morín: 'la explicación de los orígenes eternamente presentes'“.
Como escritor, Antonio Puente ha sido accésit del Premio de Poesía Ciudad de Las Palmas de Poesía con Contrazul (1994) y Premio Pedro García Cabrera, con Sofá de arena (2008), entre otros poemarios publicados. Es autor, así mismo, de dos libros de conversaciones, La memoria esculpida (2019), con Martín Chirino, y Elvireta Escobio, bajo la piel de la arpillera. Conversaciones sobre Manolo Millares (2023). Ha publicado, entre otros, los ensayos Isla militante. El testamento insular de Shakespeare y Cervantes (2019) y El sol en el suelo. Cuando el milenio era teenager (2021).
Como periodista, actualmente es crítico cultural en los suplementos literarios Abril, de El Periódico de Catalunya, y Culturas, de La Provincia-Diario de Las Palmas y El Día-La Opinión de Tenerife, además de colaborar habitualmente en los demás diarios del grupo Prensa Ibérica. Ha colaborado en El País, ABC, La Razón, Tiempo, El Globo, entre otras cabeceras de periódicos y revistas.
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