Derribando los mitos de 'Las memorias históricas de España'

MADRID, 5 (EUROPA PRESS)

El catedrático Ricardo García Cárcel pone sobre la mesa los mitos que salpican la historia de España y reivindica la historia por encima de las “manipulaciones” en su último libro, 'La herencia del pasado. Las memorias históricas de España' (Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores).

El autor de este volumen demuestra lo “larga, ancha y plural” que es España a través de más de setecientas páginas, en las que “desmenuza” y explica la validez de las memorias históricas y denuncia como “falsedades” aquellas que obedecen a cuestiones, necesidades e intereses presentes.

En este libro penetra en las claves que inciden en la historia de España: la dualidad y bipartición de los españoles en la derecha y la izquierda; el “eterno” problema de la estructura del Estado; o la valoración de la propia historia, en la que siempre hay una memoria histórica dual.

Para García Cárcel, “la misión del historiador es reivindicar la historia por encima de todo, entendida como superadora de todas las distorsiones y manipulaciones que se han hecho”, ya que, lamenta, la historia se construye siempre desde “intereses predeterminados”.

“La construcción del pasado desde los condicionamientos del presente es considerar que el presente no es un legado del pasado, sino que es un motor de construcción del pasado, desde la lógica del espacio, el tiempo y la ideología”, ha indicado este jueves en la presentación del libro.

García Cárcel explica también en este volumen que en España “hay una épica autosatisfecha y feliz y otra depresiva y melancólica que se detiene y degusta el síndrome de fracaso y decadencia”. Esta última es, a su juicio, la que prima en España.

HUIR DE LOS MITOS

El historiador ha señalado que “con el mito de los nacionalismos sin Estado nunca se produjo una desmitificación”. Al contrario, incide, ha habido un “cultivo de los mitos del Romanticismo”. En este sentido, indica que ha existido un “agravio comparativo” en ese proceso desmitificador, que el autor trata de solucionar en este libro, huyendo de la selección para abarcar todos los mitos históricos.

Uno de estos ejemplos, que en estos momentos está en alza, señala, es el de los derechos históricos como correlatos de los viejos fueros, de cuya antigüedad “no se sabe exactamente el origen”, pero “otorgan a la historia el papel de aval de fuentes legítimas por las que el Estado ha de pagar los agravios cometidos”.

En este sentido, destaca que “hay que asumir que los sujetos históricos nunca han sido inmóviles en el tiempo”. “No se puede pensar que los derechos anclados tienen que marcar el destino futuro”, insiste García Cárcel.

El historiador y catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Deusto, Fernando García de Cortázar, ha destacado que es importante pensar que “la historia no es una religión” y que “su papel es explicar”. Además, ha indicado que “no corresponde al Parlamento definir qué es la historia”, porque eso “suena a intoxicación y a dirigismo”.

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