Miguel Hernández ha sido “catapultado al limbo de la candidez”
MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Eutimio Martín, licenciado en Filología Románica y catedrático emérito de la Universidad de Aix en Provenza, publica 'El oficio de poeta. Miguel Hernández' (Aguilar) una biografía donde el autor revela las “luces y sombras” de una figura, “sorprendente y atípica” que ha sido “deshumanizada” y catapultada al “limbo de la candidez”.
“A fuerza de tratarlo de angelical, pasa por memo, y eso no puede ser”, explicó a Europa Press este autor, que ha intentado con esta biografía dotar a Miguel Hernández de cierta “humanidad” y trasmitir al lector “su marca de respeto”. “Su final fue tan digno que está por encima de las pequeñas concesiones que hizo en su vida”, subrayó Eutimio Martín.
“Dignificó el oficio de poeta hasta límites heroicos al asumir con el pago de su vida el compromiso contraído consigo mismo y con el pueblo español”, agregó.
En las páginas de este libro, Eutimio Martín desmitifica aspectos de su vida como su exagerada pobreza o su etiqueta de poeta-pastor, que según Martín fue una especie de imagen de marca, fomentada por él mismo “mintiendo con apabullante desfachatez sobre su situación material” para hacerse notar y ganar apoyos o ayudas económicas.
En esta misma línea, el autor asegura que Miguel Hernández no era una persona ingenua o inocente y sí un poco pícaro y explicó que era capaz de halagar a la persona que podía ayudarle para conseguir que le publicaran sus textos.
CONVERTIR LA POESÍA EN UN OFICIO
En este sentido, el autor destacó su empeño claro y constante convertirse en poeta con todas las consecuencias y aseguró que fue el primero en tratar de convertir la “poesía en un oficio”. Y para lograrlo, desplegó una incesante actividad promocional.
Asimismo, Eutitmio Martín subraya que Miguel Hernández “encarnaba el meollo de la causa republicana: la conquista de la libertad personal contra la opresión económica de la oligarquía y la ideológica de la Iglesia Católica”.
El tramo final del libro es una descripción, no sólo del periplo carcelario de Miguel Hernández, sino también de las condiciones de los presos republicanos en la inmediata posguerra.
El poeta fue condenado a muerte pero su pena fue conmutada. En la conmutación pesó, según el autor, el recuerdo del impacto internacional del asesinato de García Lorca.
Le pidieron que firmara en alguna publicación oficial pero Miguel Hernández no aceptó aquel trato, que le habría supuesto la pronta salida de la cárcel. “Y de haber aceptado la proposición hubiera quizá ganado la vida, pero 'Viento del pueblo' hubiera perdido a buen seguro toda legitimidad. No dudó con su negativa en poner su vida al tablero. Y así salvó la dignidad del oficio de poeta”, asegura Eutimio Martín.
ASESINATO A “FUEGO LENTO”
En este sentido, el autor denunció su muerte como un “asesinato a fuego lento” y declara a la Iglesia “culpable” de su muerte, porque no fue capaz de “perdonarle”, ya que él “tenía derecho a ser trasladado a un sanatorio para tuberculosos”.
A este respecto, Martín, quien reconoce que hablar de ciertos culpables es una “situación delicada”, ofrece a quienes tengan “documentación” que contradiga su tesis, que la publiquen.
Asimismo, recordó cómo Miguel Hernández dependió directamente o indirectamente de la financiación de la iglesia para iniciar su carrera literaria.
En cuanto al plano literario, Miguel Hernández también tuvo muy claro qué clase de poesía quería escribir: una poesía de sólida estructura intelectual, al estilo de Jorge Guillén, provista de intenso alcance popular, al estilo de Lorca. A este respecto, Eutimio Martín explicó que Lorca fue siempre un poeta al que admiró incondicionalmente pero la admiración no fue recíproca.
Pero Eutimio Martín no sólo hace el relato de la vida de Miguel Hernández, sino que procede a un análisis minucioso de su obra. En este contexto, asegura que la archifamosa elegía a Ramón Sijé le parece “un ejercicio literario de factura desequilibrada en cuyos versos no ha podido el poeta evitar resbalar de lo dramático a lo melodramático”.