Realidad y sueños se mezclan en 'La elegancia del erizo'

MADRID, 3 (EUROPA PRESS)

La directora y guionista francesa Mona Achache ha adaptado al cine la novela 'La elegancia del erizo', el 'best-seller' de la escritora Muriel Barbery, en su primera película como realizadora. En 'El erizo', que se estrena en España el próximo viernes, se dan cita realidad y sueños, en un filme que la propia Achache definió como un “cuento de hadas” con gatos, un pez rojo, el hada, cenicienta y el príncipe azul.

Todavía no había sido un éxito entre el público cuando Achache decidió adquirir los derechos de la novela de Barbery. “Me centré en el guión que sentía y estuve apartada del ruido del éxito”, explicó en una entrevista. Entre “el desafío y la angustia” que ha supuesto para ella su debut como directora se planteó escribir un guión que se alejara de algunas ideas del texto original.

La película, premiada en los festivales de Cuenca y Valladolid, cuenta la historia de Paloma (Garance Le Guillermic), una niña de once años muy inteligente e incomprendida por su familia, que se refugia en las grabaciones que realiza con su vieja videocámara. Su padre (Wladimir Yordannof) es un ministro “en la cuerda floja”, su madre (Anne Brochet) una adicta al psicoanálisis y a su hermana mayor (Sarah Le Picard) la saca de quicio. “No es la familia típica parisina, sino la familia de la que yo quería hablar”.

Pero Paloma tiene un plan: el 16 de junio, día de su cumpleaños, acabará con toda esta farsa y se suicidará con los ansiolíticos que ha ido robando a su madre del botiquín de las medicinas.

También está Renée (Balasko), la portera de la lujosa finca parisina, una mujer de 54 años “bajita, fea y regordeta”, a la que los vecinos toleran pero ignoran como ser humano. Renée también tiene un secreto: guarda en un dormitorio una magnífica biblioteca con clásicos, que lee a escondidas, comiendo chocolate negro y con su gato en el regazo, para que los vecinos no crean que es “una portera con pretensiones”.

AMOR Y AMISTAD

La vida de las dos, “que en cierto modo tiene un paralelismo aunque sean mujeres de diferentes generaciones”, cambiará radicalmente con la llegada del señor Kakuro (Togo Igawa), un elegante japonés que las sacará de su soledad y abrirá sus ojos al mundo, iniciando un relación romántica con Renée y de amistad con Paloma.

“Me atrajeron los tres personajes porque están fuera de la norma. Detrás de su apariencia, la portera oculta algo entrañable; y la niña es poesía, son dos mujeres olvidadas; y el japonés tiene un aire de misterio”, dijo Achache.

Los tres protagonizan un “encuentro poético” dentro de la vida cotidiana del bloque de viviendas. “Quería abordar temas sociales y realistas pero sin perder los sentimientos que tuve al leer el libro: un cuento de hadas, onírico”, precisó la directora, que para su próximo filme retomará un guión también adaptado que lleva años preparando.

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