Sancho Gracia llega al Teatro Cuyás con la obra 'La Cena de los Generales'
Los dos actores Sancho Gracia y Juanjo Cucalón advirtieron, en el transcurso de la rueda de prensa de presentación del montaje La cena de los generales, que desde este viernes ocupará hasta este domingo la cartelera del Teatro Cuyás, de que esta obra, escrita por José Luis Alonso de Santos y que dirige Miguel Narros, “representa la reconciliación de las dos Españas bajo el siempre saludable prisma del humor”. Un total de dieciocho actores interpretan esta comedia de dos horas de duración, que fue estrenada en el Teatro Lope de Vega de Sevilla y que llega ahora a la capital grancanaria, antes de ser presentada en las plazas de Madrid y Barcelona.
Sancho Gracia, que interpreta al singular maitre Genaro, se congratuló de que el productor del montaje, Celestino Aranda, y Miguel Narros, asumieran el reto de poner en píe La cena de los generales, cuyo texto dormía desde hacía más de una década en un cajón de una mesa de José Luis Alonso de Santos. “En el texto existe un intento de reconciliar a las dos Españas de izquierdas y derechas. Todo ello bajo el prisma de la comedia, que de alguna manera también toca aspectos dramáticos”.
Por su parte, Juanjo Cucalón, que encarna al inflexible teniente Medina, explicó que “más que hablar de reconciliación, se puede hablar de reconstrucción de las dos Españas, de cómo deben convivir esas dos maneras de pensar y entender la vida después de la conclusión de la Guerra Civil, a través del sentido del humor y de la comicidad. Nuestros personajes intentan volver a normalizar una convivencia que era necesaria para volver a construir un país. Siempre en épocas de crisis, el humor ha dulcificado los ánimos y conciliado voluntades”.
En la obra La cena de los generales se suceden innumerables situaciones tragicómicas. Después de la victoria de los nacionales, Franco está en la ciudad y quiere homenajear con una cena de antología a los generales que han llevado a sus ejércitos a la victoria. El encargado de organizar el acto es el teniente Medina, que no encuentra un equipo digno de servir esa cena que se celebrará en el Hotel Palace. Desesperado y atemorizado por lo que pueda sucederle si la celebración supone un desastre, decide sacar de la cárcel al equipo de cocina del hotel encerrado por motivos políticos. El maitre del establecimiento, el señor Genaro, se hará cargo de la situación, pero el resultado de la velada no saldrá a gusto del pobre teniente. Y, por supuesto, tampoco al de Franco.
Según apunta Sancho Gracia, Narros “ha sabido captar sabiamente la atmósfera de lo que ocurrió en aquel entonces. Recuerdo cuando era niño que vivía con mi abuela en al calle La Esperanza, del castizo barrio madrileño de Lavapiés. Teníamos pan frecuentemente porque yo era muy simpático y me lo regalaban”, rememora el actor, para referirse a las calamidades que después de la guerra española sufrieron millones de españoles con las recordadas cartillas de racionamiento. “En la obra se refleja esa situación muy bien. Los que han ganado la guerra tenían de todo”.
Sancho Gracia se define como un “caballito de feria” que ha hecho de todo en el mundo del espectáculo. “Con doce años pasé por Gran Canaria con destino a América y recuerdo que en la isla había de todo. Mucho más que en la Península. Ahora hablamos de crisis, pero en aquel entonces ni existía la oportunidad de crisis, lo que había era pobreza y desgracia total”. Igualmente, Cucalón advierte que esta obra ofrece “la oportunidad al público de reírse de muchas situaciones desde que empieza hasta que concluye. Distraemos con un tema común para todos, porque el que más o el que menos ha conocido a un abuelo que vivió las penurias de la época”.
Los dos actores confiesan que entre ambos “hay sentimiento y entendimiento durante la función aunque son personajes de espíritu antagónico. Hasta de espaldas nos llegamos a entender”, señala Juanjo Cucalón. “Pertenecen a bandos distintos, pero se admiran como individuos. Tenemos la necesidad y estamos condenados a entendernos. Narros nos advirtió al comenzar con este trabajo que éramos los encargados de reconstruir la convivencia. Por eso la cocina en la obra representa a la España devastada, que hay que empezar a poner en orden”, añade Cucalón.
La cena de los generales es una metáfora sobre cuarenta años de franquismo. Un acto de fe por la salvación espiritual de un país que ha sabido dar portazo a sus antagonismos y crear un nuevo marco de convivencia entre ideas y concepciones. Lo curioso es que de Santos haya elegido el día que termina la contienda para hablar de esa España que vendrá más de cuatro décadas después. Y todo ello tamizado por una aureola de comedia del absurdo que hace aún más surrealista la situación. Una escenografía muy cuidada que tiene la firma de Andrea D'Odorico y el vestuario de Ana Rodrigo, completan la nómina de atractivos de un montaje que volverá a traer la risa al Teatro Cuyás de la capital grancanaria.