Advierten de la dificultad de erradicar la plaga de la mosca blanca
La investigadora del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias Estrella Hernández advirtió este miércoles de que es muy difícil la erradicación de la plaga de la mosca blanca, que afecta a plantas y cultivos, pero señaló que se puede reducir su presencia, especialmente a través de depredadores naturales.
Hernández presentó este miércoles los resultados de un estudio realizado por el departamento de Protección Vegetal del ICIA sobre la lucha biológica contra la mosca blanca realizado en colaboración con la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias y la Fundación para el Desarrollo de las Ciencias Agrarias.
La investigadora indicó que la plaga de la mosca blanca es un problema difícil ya que implica dos especies diferentes (aleuodicus dispersus y lecanoideus floccissimus) que se distribuyen de forma diferente por el Archipiélago y que afectan a diversidad de cultivos y plantas en zonas ajardinadas.
Por ello, agregó Hernández, se requieren soluciones diferentes para cada zona, dependiendo de sus características y destacó que la especie Lecanoideus Floccissimus es la que mayores daños produce y en la que las anteriores campañas de control han dado sólo resultados parciales.
Indicó que los métodos de control deben pasar por un programa de control biológico clásico compatible con el medio ambiente pero especialmente por la búsqueda de enemigos naturales como pueden ser depredadores que se alimentan de la mosca blanca o bien parasitoides, que se desarrollan en el interior de la mosca para luego salir al exterior en busca de nuevas presas.
La experta recordó que el proyecto comenzó en 2004 con la constancia de que se trataba de una plaga introducida en Canarias pero se desconocía su origen y distribución.
Señaló que el único dato que se tenía era su existencia en Ecuador por lo que se realizó un primer viaje de prospección al que siguió en 2005 un nuevo viaje que permitió avanzar en la catalogación de las especies naturales que pueden acabar con la plaga y en el desarrollo de las técnicas de cría en laboratorio.
En 2006, los investigadores, indicó Hernández, se desplazaron a Trinidad Tobago con lo que permitió importar especies diferentes y se comenzó a las liberaciones controladas, especialmente en la isla de El Hierro.
Hernández afirmó que toda la información y la investigación realizada permiten tener un conocimiento más amplio de esta especie y subrayó que se han catalogada más de 10 especies de depredadores naturales y se están evaluando 4 parasitoides y 2 depredadores por su seguridad a la fauna autóctona.
Además destacó los estudios que se están realizando en el laboratorio como la caracterización molecular de las poblaciones de mosca blanca y parasitoides para encontrar cuál es el depredador idóneo que permita acabar con esta plaga.
Insistió en que la solución definitiva es difícil y aún no hay capacidad para que el control se produzca en pocos meses y subrayó que el caso de la platanera, que es uno de los cultivos más afectados, hay programas especiales.
Estrella Hernández afirmó que la investigación realizada permite concluir que la plaga de mosca blanca introducida en Canarias tiene similitudes con la que padece Ecuador o Colombia, aunque puntualizó que en las zonas de origen no es un problema ya que está controlada por los depredadores naturales.
Aunque el consejero de Agricultura, Pedro Rodríguez Zaragoza, indicó que es difícil evaluar cuál es el coste económico de esta plaga, la investigadora puso como ejemplo que el cultivo biológico de las plataneras en el Hierro ha tenido que ser reconvertido al sistema convencional para poder aplicar los sistemas de control fitosanitarios.
La especialista apuntó que en ningún caso esta plaga afecta al ser humano.
Rodríguez Zaragoza indicó que la intención de su departamento es reducir en un 10 por ciento la incidencia de esta plaga ya que, afirmó, dijo, por debajo de este porcentaje se reducen los impactos económicos.
