Segura (CNMV) no es partidario de prohibir ventas a corto

SANTANDER, 6 (EUROPA PRESS)

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Julio Segura, no es partidario de prohibir las ventas en corto descubiertas, una medida que considera, “como mínimo, inútil”, porque, según explicó, “existen muchas otras formas de instrumentar estrategias bajistas”, como la venta de 'calls', la compra de 'puts' u operaciones a futuros.

A su juicio, “la prohibición termina restando liquidez a los mercados y aumentando las incidencias” en el perfeccionamiento de las operaciones, pero sí defendió la aplicación de sanciones.

Segura se expresó así este martes en su discurso de investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el que reflexionó sobre 'la estabilidad financiera y el riesgo sistémico'.

El presidente de la CNMV incidió en la necesidad de mayor transparencia y regulación, pero aseguró que se debe resistir la “tentación” de prohibir operativas que puedan utilizarse con “fines desestabilizadores”, y puso como ejemplo las ventas en corto descubiertas.

“Si una operativa determinada se utiliza para manipular el mercado, como puede ser el caso de las ventas en corto descubiertas, se trata de una acción punible, que puede ser objeto de investigación y sanción por los supervisores. Pero su prohibición es inútil”, destacó.

En su opinión, el “antídoto” es la “transparencia” y que los agentes que operan en los mercados conozcan quiénes y en qué cuantía realizan estas operaciones que, “en caso de manipulación de mercado, deben ser objeto de sanción”.

MÁS TRANSPARENCIA

El “déficit de transparencia” ha sido precisamente la causa de la pérdida de confianza que ha conducido a un mal funcionamiento de algunos mercados. De ahí la necesidad de mejorar la transparencia en diversos ámbitos.

Así, Segura abogó por mejorar la información de los productos financieros, para que los inversores, especialmente los no profesionales, conozcan las características del producto y el riesgo. También consideró “deseable” una tendencia hacia la estandarización de los productos, para que sean “más fácilmente comparables”.

Un segundo campo en el que, a su juicio, se debe mejorar la transparencia, es el de la información financiera pública de emisores y sociedades cotizadas, acelerando cambios que mejoren la presentación de resultados contables de las empresas, porque “la contabilidad es un instrumento fundamental de transparencia, y no una técnica para mejorar la apariencia de solvencia”.

El presidente de la CNMV también se mostró a favor de ampliar a un mayor número de productos financieros las condiciones de transparencia en la contratación de los mercados de renta variable, y consideró “fundamental” que las transacciones con productos derivados se registren y liquiden en cámaras de contrapartida central que aseguren la existencia de garantías suficientes para perfeccionar las transacciones y reduzcan así el riesgo de contrapartida del sistema.

Igualmente, indidió en la necesidad de mejorar la información a los supervisores sobre el comportamiento de los agentes y las transacciones, porque actualmente los supervisores carecen de toda la información necesaria para poder llevar a cabo su función de vigilancia.

En concreto, se refirió a la mejora de información que no se hace pública al mercado, por ejemplo, la incluida en los estados financieros reservados, que es “vital para la supervisión del sistema”.

“Un mundo financiero más complejo e inestable requiere información microeconómica más detallada para poder detectar a tiempo tendencias potencialmente desestabilizadoras y ayudar a prevenir posibles crisis”, señaló Segura, quien además demandó más recursos para el tratamiento de la información en tiempo real y para su análisis e investigación.

MAYOR REGULACIÓN

Junto a la mayor transparencia, el presidente de la CNMV reinvidió también mayor regulación, ya que su falta “es la que ha permitido la eclosión de una crisis, cuyo coste en términos de producción, desempleo, recortes de ciertas prestaciones sociales, costes para los contribuyentes y conflictividad social, no tiene parangón en los últimos años”.

En este sentido, apostó por “resistir las fuertes presiones de la industria financiera y de los 'think tanks' por ella financiados, que alertan de los peligros de una nueva regulación que reduciría la capacidad de crecimiento futuro”.

En el caso concreto de la regulación de recursos propios y provisiones de los bancos, Segura advirtió de que reforzarlos “es importante, pero no suficiente”, porque “no hay nivel” de provisiones y recursos propios “sea cual sea” que “pueda soportar una crisis financiera de la suficiente entidad y duración”.

Además, se pronunció a favor de “moderar las políticas de distribución de beneficios” y de regular las provisiones “en función de las pérdidas esperadas y no sólo de las incurridas”, lo que permitiría el reconocimiento temprano de las necesidades futuras de capital.

Segura también destacó que las reformas regulatorias en lo que respecta al riesgo sistémico “se han orientado también” en la línea de “poner los medios necesarios para que los riesgos asumidos por los bancos no lleguen a alcanzar niveles críticos”, actuando para ello en la gestión de riesgos, en los incentivos perversos cortoplacistas y en los conflictos de interés.

En este último caso, subrayó que “la crisis ha hecho patente, a un alto coste, que la autorregulación no funciona en presencia de conflictos de interés”, dentro de los cuales ha hecho hincapié en el de las agencias de calificación crediticia, que “califican determinados productos financieros emitidos por empresas y, a su vez, diseñan y ayudan a colocar emisiones a otras o a la misma que califican”.

No obstante, señaló que ya se han dado pasos para poner en marcha registros obligatorios de estas agencias y para la supervisión de sus métodos de trabajo.

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