Adiós al jefe
Parece existir un consenso entre los políticos canarios sobre la importancia de la pequeña y mediana empresa (pymes) y el autoempleo en el tejido productivo del archipiélago. Las cifras, en boca de diputados regionales y candidatos de distintos partidos, promedian un peso de un 90% en la economía de las islas, empleando a más del 80% de los ocupados. Abrir el camino del crecimiento a las pymes y descargar las espaldas (fiscalmente hablando) de los autónomos son las claves de los programas de un lado a otro del espectro político.
La mayoría de propuestas fiscales y financieras se han diseñado en este sentido (creación de un impuesto para las rentas más altas y sobre el beneficio de los bancos que revierta en ayudas a la contratación -PSOE-, creación de una banca pública para abrir el crédito a las pymes -Equo-, pago del IVA con la facturación ?Equo y UPyD-, cambios en la cotización de autónomos ?PP, Equo-). A ello se suman los incentivos y bonificaciones a la contratación (especialmente al primer trabajador o a “nuevos trabajadores”), la reforma de los tipos de contratos y otras medidas para combatir el empleo sumergido (que en Canarias afecta a 80.000 trabajadores sin contrato ni cotización, según la asociación de Técnicos del Ministerio de Hacienda -Gestha-; 3.379 detectados por la Inspección Técnica de la Seguridad Social durante los seis primeros meses del año).
