La figura del asesor: puentes entre experiencia y juventud en un mundo laboral transformado

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Impulsa Innovación / Redacción

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El escenario laboral está experimentando una reconfiguración significativa, impulsada por cambios en las estructuras empresariales y la automatización. Mientras grandes empresas reducen la edad de prejubilación y se automatizan procesos, profesionales experimentados se encuentran enfrentando una realidad en la que se retiran antes de agotar su potencial. En contrapartida, los empleos estatales extienden la edad de jubilación debido a la mejora en condiciones de vida y la longevidad. Esta dualidad ha dado paso a una figura clave: el asesor.

Este nuevo paradigma laboral ha engendrado una necesidad de reinventarse por cuenta propia, llevando a profesionales a reexaminar sus habilidades y conocimientos acumulados. En medio de este proceso de cambio, surge la figura del asesor, individuos con experiencia y contactos que, en vez de retirarse, optan por reinventarse y ofrecer su maestría a la próxima generación de emprendedores.

Los beneficios para los asesores son notables. Además de obtener un retorno económico por sus servicios, incluyendo la posibilidad de participación accionaria, sienta una satisfacción moral al contribuir con su experiencia y talento a la sociedad. Esta noción rompe con la división tradicional en tres etapas de vida (estudio, trabajo y jubilación), y abre camino a una época de aprendizaje continuo, “upskilling” y “reskilling”.

Esta transformación no solo beneficia a los asesores, sino también a los emprendedores, especialmente a los jóvenes. La colaboración intergeneracional se presenta como un pacto para el bien común, brindando ventajas sustanciales. Los asesores acompañan a los emprendedores en fases críticas, aportando contactos, experiencia y perspectiva. Su guía ayuda a sobrellevar la incertidumbre, solucionar problemas y desarrollar habilidades de liderazgo.

La figura del asesor también aporta soluciones al desafío del desempleo senior. El envejecimiento activo es cada vez más común, y los profesionales senior buscan contribuir con su conocimiento y experiencia en nuevos campos. Esta tendencia ha dado lugar a los nómades digitales senior, quienes se reencuentran con oportunidades que se alinean con sus habilidades y preferencias.

La experiencia emprendedora previa es un factor valioso para los asesores, pero también se valora la capacidad de adquirir y desarrollar competencias emprendedoras. El rol de asesor en startups promete una travesía apasionante, con potencial para reducir las tasas de fracaso y cosechar éxitos futuros.

En resumen, los asesores se han convertido en puente entre experiencias y juventud en un mundo laboral en constante evolución. Estos profesionales reinventados ofrecen perspectivas únicas, uniendo la sabiduría acumulada con la agilidad y visión de la juventud. La colaboración intergeneracional se consolida como un motor de progreso, preparando el terreno para un futuro laboral más enriquecedor y diverso.

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