La abstención, un fantasma que planea sobre Marruecos y el Sahara Occidental
En cada cita con las urnas, la acción política teme la abstención. Europa dio, una vez más, una lección en este aspecto hace una semana. Marruecos se enfrenta a unas previsiones de abstención muy altas en los comicios de este viernes.
Los partidos políticos marroquíes se enfrentan a su particular pesadilla. La Administración pública necesita un respaldo que la participación ciudadana no termina de dar. En las últimas elecciones parlamentarias un 63% de la población decidió no ir a votar. El Departamento de Interior del Gobierno marroquí lleva dos años trabajando para evitar otra ausencia similar.
Desde el mismo, se ha marcado una estrategia clara y concisa, según sabe este periódico: “El reto de Marruecos debe ser buscar la mejor manera de movilizar a votantes en busca del apoyo a la acción política”. En francés, por aquello de los posibles errores de traducción, tampoco queda duda la acción determinada, que está subrayada en rojo en los cuadernos de Interior: “Le défi aujourd'hui consiste à défléchir à la meilleure manière de mobiliser les électeurs afin de soutenir l'action politique”.
La repetición de este escenario de alta abstención, más de la mitad de la población, no se descarta para las elecciones de este viernes. El panorama político ha cometido errores similares a los del pasado y ha hecho que se congele la intensidad política. Abdellah Baha, del PJD, decía esta semana que “el proceso electoral adolece de credibilidad debido a las actividades de los candidatos y de los partidos sumadas a la actitud de la Administración de no animar a la gente a ir a las urnas”.
Se quejan varios partidos políticos de que después del descalabro de las parlamentarias del 2007, no se ha hecho nada por restituir la intención de voto por parte del Gobierno.
Indagando en las causas y raíces de la apatía política, se encuentran aspectos y conceptos como la familia, la proximidad de los representantes, la influencia de la tribu o el dinero. Esta observación la ha hecho Abderrahim Manar Selimi, profesor universitario. “El elevado número de zonas rurales, sin duda afecta a la tasa de participación”.
A pesar de la abstención, estas elecciones municipales tienen una gran importancia. La tradición marca que antes que parlamentario, al menos un tercio de estos, fueron políticos locales. En 2007 se eligieron 325 diputados para la primera cámara marroquí. De ellos, 100 son representantes locales, como alcaldes o presidentes de consejos regionales.
Así las cosas, y a sabiendas de que en 2003 las municipales alcanzaron una participación del 54%, los resultados y la abstención no se sabrán, al menos, hasta el sábado.
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