El 'agua alta' inunda Venecia
El agua alta, el fenómeno con el que se conoce la crecida de la marea, volvió este lunes a sumergir Venecia al alcanzar los 156 centímetros, una altitud que no se registraba desde hace 22 años, y que hizo aflorar todos sus problemas y temores.
La romántica Venecia de recoletas callejuelas, típicos cafés con orquestas y sus lugares de arte se convirtieron en una auténtica pesadilla para turistas y ciudadanos.
Habitualmente las crecidas de agua no superan los 100 centímetros sobre su nivel normal, un nivel al que los venecianos están acostumbrados y que no crea graves problemas. Sin embargo, por encima del nivel citado el agua invade negocios y bajos de casas e iglesias y hace imposible circular por la Serenissima.
Los más atrevidos, muy pocos, o aquellos que se vieron obligados, se lanzaron con botas de agua e impermeables a la calle, pero en general la ciudad apareció desierta y completamente anegada.
Esta lunes, las sirenas habían sonado en la ciudad para advertir del peligro del agua alta tanto a los venecianos como a los turistas.
El alcalde de Venecia, Massimo Cacciari, advirtió de que la ciudad estaba prácticamente inundada y aconsejó a los ciudadanos a moverse lo menos posible, invitándoles a armarse de paciencia al recordar que este tipo de crecidas extraordinarias sólo ocurren cada muchos años.
Un dato que no se registraba desde hace 22 años
Debido a las abundantes lluvias de los últimos días y al fuerte viento del sur, la marea llegó a los 1,56 metros sobre el nivel del mar, un dato que no se registraba desde hace 22 años.
El centro de previsiones de las mareas del Ayuntamiento de Venecia había lanzado la alarma ante la posibilidad de que el “agua alta” alcanzase los 160 centímetros, lo que no ocurría desde 1979, y que habría supuesto la inundación completa de todo el territorio e innumerables daños.
Sin embargo “el milagro” volvió a salvar la ciudad de los canales, cuando de pronto el viento cambió de dirección y empezó a amainar, y el agua poco a poco se fue retirando.
No obstante, el centro de previsiones de las mareas anunció que el “agua alta” llegará mañana a 90 centímetros, por lo que se pasará a “alarma naranja”, menos peligrosa, pero con iguales problemas para los transeúntes de Venecia.
Además, la alta marea y una huelga dejó a la ciudad de los canales completamente sin transportes -los clásicos “vaporettos”-, único medio para moverse por Venecia.
“Hemos llegado al límite de lo soportable”, explicó Renata Codello, Superintendente de Bienes Arqueológicos de Venecia, quien explicó que son muchos los lugares amenazados por las crecidas como el Archivo de Estado, la Biblioteca Marciana y el Palacio Ducal, y que hoy, por fortuna, no sufrieron daños, aunque las aguas lamían sus escaleras.
Las imágenes del agua que inunda una desierta plaza San Marcos hicieron aflorar los temores de que Venecia pueda un día sucumbir bajo el mar y con ella perderse todos sus tesoros.
La ciudad de Giacomo Casanova, que recibe cada año 12 millones de turistas, se ha hundido 23 centímetros desde el año 1900. El fenómeno del agua alta, así como las lanchas, que pasan a toda velocidad provocando olas que golpean las bases de la ciudad, agravan aún más la situación.
Los diferentes Gobiernos han intentado solucionar estos problemas y para ello se aprobó el faraónico y polémico proyecto Moisés, un sistema de diques situado a las afueras de la laguna y que controlaría las mareas y la entrada de agua, pero cuya terminación se ha ido siempre aplazando.
“Las obras de construcción del Moisés seguirán adelante y lo que está pasando en estas horas en Venecia prueba que es indispensable para salvar la ciudad, patrimonio del mundo entero”, declaró el ministro de Infraestructuras, Altero Matteoli.
El titular de Obras Públicas añadió que “en 2009 se destinarán otros 800 millones de euros a los 2.176 ya empleados, mientras que el proyecto costará cerca de 4.134 millones y está previsto que se complete en el 2012, o como máximo en 2013”.