Los damnificados por las inundaciones en Pakistán sufren insuficiente atención médica
MUZAFFARGARH (PAKISTÁN), 31 (Reuters/EP)
Los damnificados por las inundaciones en Pakistán se enfrentan a la falta de recursos en la atención médica que requieren, y este martes se han formado largas colas en los hospitales, adonde cada vez acuden más pacientes.
Las organizaciones de ayuda humanitaria temen que las enfermedades, la escasez de alimentos y la malnutrición generen nuevas crisis mientras la gente regresa a sus respectivas ciudades y localidades para reconstruir sus casas y sus vidas.
“Las reservas de medicamentos que tenemos están a punto de acabarse, y el número de pacientes aumentará en los próximos días”, afirmó Ashiq Hussain Malik, superintendente médico del principal hospital del distrito de Muzaffargarh, en la provincia oriental de Punjab.
Malik afirmó que “casi el 60 por ciento de los pacientes padecen gastroenteritis, diarrea o infecciones cutáneas y oculares”, y los pacientes que acuden al hospital “se encuentran en un estado bastante malo”. En este centro, que está atendiendo a 1.000 personas víctimas de las inundaciones, la gente está tumbada en el suelo o sobre sus propias camas de cuerdas porque no hay espacio suficiente.
La ONU ha advertido de que podrían surgir de forma inminente brotes enfermedades que se transmiten a través del agua, como la fiebre tifoidea, la shigelosis o la hepatitis A y E, y enfermedades vectoriales como la malaria o la fiebre del dengue.
Las organizaciones de ayuda creen que al haber tantas tierras de cultivo sumergidas por el agua en un país tan dependiente de la agricultura, la crisis que sufre Pakistán podría durar varios meses. Las inundaciones y las lluvias han dañado una superficie de al menos 3,2 millones de hectáreas, en torno al 14 por ciento de la tierra cultivada del país.
La directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PAM), Josette Sheeran, concluyó tras visitar zonas afectadas en el sur de Punjab que, “por su magnitud y su alcance, ésta es una de las mayores catástrofes de las que ha tenido que ocuparse el PAM”. “Podríamos estar ante un año de escasez y altos precios en los alimentos”, agregó.
Además, el desastre podría tener consecuencias negativas a largo plazo en la economía paquistaní. Aunque para este año se había pronosticado un crecimiento económico del 4,5 por ciento, ahora se estima que estará entre el 0 y el 3 por ciento.
Mientras, el enfado de la población por la lenta respuesta del Gobierno ante su desesperada situación hace que cada vez recurra más a organizaciones caritativas islamistas, algunas de los cuales están vinculadas con grupos milicianos. Por otro lado, según el Departamento de Estado de Estados Unidos, los milicianos islamistas amenazan a los trabajadores de ayuda humanitaria extranjeros, complicando así las ya difíciles tareas de asistencia y reconstrucción.