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El ex dictador Pinochet mejora del infarto y obtiene la libertad provisional

El ex dictador chileno Augusto Pinochet presentó este lunes una leve mejoría en su estado de salud, mientras en los tribunales lograba la libertad provisional en su más reciente procesamiento por violaciones a los derechos humanos.

Tras un día de angustia, ojos llorosos de parientes y rezos de sus partidarios, la fortuna parece sonreír de nuevo al ex gobernante de facto (1973-1990), que en la madrugada del domingo fue ingresado en el Hospital Militar de Santiago con un infarto de miocardio y un edema pulmonar. Tan grave era su estado, según sus allegados, que unas horas después de su ingreso recibió la unción de los enfermos y todo parecía indicar que, a una semana de haber cumplido 91 años, su vida se acababa.

Veinticuatro horas después, “su condición de gravedad se mantiene”, pero “la evolución del paciente ha sido satisfactoria”, según un informe emitido por el hospital a las 13.00 GMT del lunes. “Los parámetros clínicos se han ido normalizando y hasta el momento no se han presentado alteraciones derivadas del procedimiento al que fue sometido”, precisó el informe.

Dichos procedimientos fueron una angioplastia y una “micro-operación laparoscópica”, cuyos resultados llevaron a los médicos a descartar una cirugía mayor, para instalarle un by-pass, según señaló este lunes el doctor Juan Ignacio Vergara, jefe del equipo médico que atiende a Pinochet. Aunque advirtió que el paciente “sigue con riesgo vital”, Vergara destacó que afortunadamente no se ha agravado más“ y por primera vez aventuró el tiempo que el también ex jefe del Ejército debería seguir hospitalizado: ”Entre siete y diez días“.

Ante preguntas de los periodistas, el galeno indicó que se mantiene el diagnóstico de estado crítico y riesgo vital: “No podemos cambiar esa situación antes de que se cumplan 48 horas después del infarto, que son claves”. Pinochet “pasó bien la noche y durmió, se mantiene consciente y se comunica con familiares y médicos”, subrayó el médico, que matizó sin embargo que la posibilidad de un nuevo infarto está presente y “sería muchísimo más complicado”.

Además, los rostros de quienes visitaban al ex dictador se veían este lunes más relajados por las buenas noticias, que llegaron también desde la Corte de Apelaciones, que aprobó la libertad provisional del ex dictador, que estaba bajo arresto domiciliario desde el 27 de noviembre. Ese día fue procesado y quedó detenido por orden del juez Víctor Montiglio como autor de secuestro y homicidio de Wagner Salinas y Francisco Lara, ejecutados por la llamada “Caravana de la Muerte”, en 1973.

Con el nombre de “Caravana de la muerte” se conoce a una comitiva militar encabezada por el general Sergio Arellano Stark que en 1973 mató a 75 presos políticos en un recorrido por Chile. La excarcelación del ex dictador fue aprobada por unanimidad en la V Sala del tribunal de alzada, que le fijó una fianza de un millón de pesos (1.880 dólares).

“Es una situación preocupante que llegue a morir sin ninguna condena”

En el hospital militar, en tanto, este lunes continuó el desfile de parientes y colaboradores de Pinochet, mientras un grupo de partidarios, cuyo número fluctúa entre media docena y un centenar, según la hora, permanece apostado frente al establecimiento.

Los partidarios arremetieron contra el general retirado Juan Emilio Cheyre, que fue jefe del Ejército hasta el pasado marzo, a quien insultaron y lanzaron objetos, además de patear su automóvil. Cheyre, durante su mando, comprometió al Ejército con el respeto a la democracia y a los derechos humanos con un público “nunca más”, y rindió un homenaje póstumo al general Carlos Prats, asesinado en 1974 en Buenos Aires por la policía secreta de Pinochet.

Los familiares de las víctimas de Pinochet, en tanto, se declararon preocupados de que el ex dictador muera sin haber sido condenado por las violaciones a los derechos humanos perpetradas durante su régimen. “Es una situación preocupante que Pinochet llegue a morir sin ninguna condena (...) Si va a morir, es una pena para la historia que no haya sido condenado”, dijo a Efe Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.

También llegó al hospital el arzobispo de Santiago, el cardenal Francisco Javier Erráruziz Ossa, que consideró “su deber” orar por la salud de Pinochet y afirmó que “todos somos dignos del perdón de Dios”.

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