Los enfrentamientos entre partidarios y detractores del gobierno se recrudecen en Yemen
SANÁ/ADEN, 17 (Reuters/EP)
Al menos un manifestante ha muerto y otros ocho han resultado heridos este jueves en la localidad de Adén, en el sur del país, en enfrentamientos con agentes de la Policía durante las protestas que reclaman la renuncia del presidente yemení, Alí Abdulá Salé, que lleva tres décadas en el poder.
“Al menos una persona ha muerto y hay ocho que han resultado heridas por disparos indiscriminados”, ha informado una autoridad local que ha pedido no ser identificada. En el séptimo día de protestas, unas 3.000 personas se han manifestado en el puerto sureño de Adén, en el que la Policía ha intentado dispersar a la multitud.
El fallecido de este jueves es la tercera víctima registrada en las dos últimas jornadas de protestas, después de que ayer murieran por disparos dos manifestantes.
“No a la opresión, no a la corrupción”, han sido algunos de los gritos proferidos por los participantes en las protestas, que reclaman el final del régimen. Por la mañana, los manifestantes se han movilizado para protestar por la violencia excesiva de la Policía, que mató ayer a dos manifestantes cuando realizó disparos al aire para dispersar las protestas.
En la capital del país, Saná, al menos 40 manifestantes antigubernamentales han resultados heridos en un enfrentamiento con cientos de partidarios de Salé, algunos de ellos armados con pistolas. Los seguidores del presidente han cargado contra unos 1.500 manifestantes, que les han respondido lanzando piedras.
Varios periodistas presentes en la zona de las manifestaciones han denunciado a Reuters que han sido agredidos por seguidores de Salé en las calles. Un reportero de Reuters ha asegurado que la Policía parecía reacia a actuar con más contundencia y se ha limitado a disparar al aire.
REFUERZO DE LA SEGURIDAD
Con el objetivo de evitar que las protestas se extiendan a todas las provincias del país, las autoridades han reforzado las medidas de seguridad en Saná y en el resto de las regiones, según han informado testigos al diario 'Yemen Post'.
Las fuentes consultadas por el diario yemení han indicado que el Gobierno está reforzando especialmente la seguridad de la capital, en la que ha desplegado un elevado número de policías con porras y, desde el miércoles, unos 2.000 soldados, incluidos oficiales vestidos de paisano, todo ello con el objetivo de frenar las movilizaciones que reclaman la renuncia de Salé.
“No pararemos hasta que caiga el régimen. Hemos sido pacientes durante suficiente tiempo”, ha afirmado el estudiante Salá Abdulá en Saná, donde se han registrado enfrentamientos violentos entre partidarios y detractores de presidente.
En la ciudad de Taiz, unas 3.000 personas han comenzado una concentración nocturna, sumándose a los manifestantes que llevan varios días acampados en una céntrica plaza. “Abajo el régimen, abajo los opresores”, han proclamado los participantes en la protesta, en la que no se informado de heridos.
También ha habido manifestaciones con unos pocos cientos de participantes en la ciudad de Ibb, al sur de Saná, en el oeste de Hodeidá y en el este de Baidá. En estas movilizaciones no se han registrado heridos.
Las fuerzas de seguridad han empleado la fuerza con mayor facilidad en el sur del país, hasta el punto de que la municipalidad de Adén ha suspendido sus actividades en protesta por el empleo de la violencia por parte de la Policía con los manifestantes y ha anunciado que compensará económicamente a los heridos.
Los jóvenes en las calles afirman que están molestos por la corrupción y por el creciente desempleo en Yemen, donde un tercio de la población sufre desnutrición crónica y el 40 por ciento vive con menos de dos dólares al día.
Salé, cuyo Gobierno es relativamente débil fuera de la capital, está intentando fijar las bases para una tregua con los rebeldes chiíes del norte y suprimir la creciente violencia de los movimientos separatistas del sur.
CONCESIONES
En un intento por frenar las manifestaciones, el presidente yemení ha realizado concesiones como la promesa de que no volverá a presentarse en las elecciones previstas para 2013 y no dejará a su hijo sucederle.
La coalición de oposición, que había conseguido congregar a decenas de miles de personas en las protestas, ha aceptado dialogar con Salé pero las manifestaciones han continuado ya no lideradas por la oposición sino por estudiantes y activistas que han convocado con mensajes de texto y vía Facebook.
“Las protestas están asumiendo un aspecto más joven y la incapacidad de los partidos de oposición de controlarlas es una maña noticia para el presidente Salé”, ha opinado Charles Dunbar, de la Universidad de Boston.
Un responsable gubernamental ha reconocido este jueves que los manifestantes están ejerciendo sus derechos democráticos pero ha advertido a los ciudadanos que no deben sucumbir a los elementos que intentan crear caos, según han informado las agencias de noticias yemeníes.
En esta séptima jornada de protestas, el presidente Salé ha visitado varias provincias para sumar apoyo y ha enviado al vicepresidente del país a Adén para dirigir una comisión que investigue la violencia .
Además, su Gobierno ha anunciado hoy la creación de la Organización Nacional para la Reducción del Desempleo, que estará integrada por representantes de sectores públicos y privados y de la sociedad civil.
Este nuevo organismo tiene el objetivo de crear 60.000 empleos este año, según ha explicado el subsecretario de Servicios Civiles, Taha al Hamdani, citado por la agencia de noticias yemení Saba.
Por su parte, los predicadores musulmanes leales a Salé se han pronunciado públicamente este jueves, en un país en el que las lealtades religiosas y tribales son más importantes que las políticas, y han reclamado la formación de un gobierno de unidad nacional.