George Bush ''no quería'' utilizar la fuerza en Irak

El último presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha asegurado que se quedó “sorprendido e irritado” cuando las fuerzas norteamericanas no encontraron las armas de destrucción masiva en Irak y que incluso se sintió “mal del estómago” cuando fue informado de las torturas en el centro de detención iraquí de Abu Ghraib. No obstante, ha advertido de que la decisión de atacar en 2003 al régimen de Sadam Husein “no fue un error” y que el uso de ciertas técnicas ilegales de interrogatorio “salvó vidas”.

En la entrevista grabada que emitirá este martes la cadena de televisión NBC, la primera desde que dejó la Presidencia de Estados Unidos, George W. Bush declaró que los dos grandes “errores personales” de su mandato fueron la gestión de los desastres causados por el huracán Katrina en Nueva Orleans y el discurso de Misión Cumplida que pronunció a bordo del portaaviones USS Abraham Lincoln al término de la primera fase de la invasión de Irak.

“No hay duda de que fue un error”, declaró Bush, en referencia al discurso en el portaaviones, según figura en los fragmentos de la entrevista concedida al prestigioso periodista Matt Lauer y que adelanta este martes la página de Internet de la NBC. El ex presidente admitió que estaba en un “momento excitante” y que debió haber tenido en cuenta los consejos de otras personas.

En su libro de memorias, Decision Points (de próxima publicación), Bush admite los errores de su Gobierno en relación con las armas de destrucción masiva de Irak, principal casus belli de la intervención de 2003. “Nadie quedó más sorprendido e irritado que yo cuando no encontramos las armas. Tenía sensación de asco cada vez que pensaba en ello, y sigo teniéndola”, declaró en la entrevista.

George W. Bush asegura en la entrevista que no era partidario de “utilizar la fuerza” en Irak, que era una “voz disidente” en la Administración.

No obstante, el ex mandatario descartó la posibilidad de “pedir perdón” al pueblo estadounidense porque “pedir perdón implica, básicamente, que fue una decisión errónea”. “Yo no creo que fuera una decisión errónea”, añadió. “El mundo está mejor sin Sadam Husein en el poder”, agregó.

Asimismo, el ex presidente aseguró que se sintió “mal del estómago” cuando le llegaron en 2004 las imágenes sobre torturas por parte de los soldados estadounidenses en el centro de detención iraquí de Abu Ghraib. “No sólo maltrataron a los presos, también avergonzaron al Ejército de Estados Unidos y mancharon nuestro buen nombre”, aseguró.

Justificación

No obstante, en su libro de memorias, Bush justifica el uso de técnicas ilegales de interrogatorio, como el ahogamiento simulado (el submarino), para obligar a los presuntos terroristas a informar sobre posibles ataques. “El uso de esas técnicas salvó vidas”, declaró Bush en la entrevista. “Mi labor consistía en proteger Estados Unidos, y así lo hice”.

En sus memorias, el ex presidente estadounidense asegura que ordenó un ataque contra instalaciones nucleares iraníes y que planteó la posibilidad de realizar un ataque encubierto a Siria.

En cuanto al huracán Katrina, que arrasó Nueva Orleans en 2005 y que generó fuertes críticas al Gobierno por su falta de respuesta ante un desastre que se había anunciado, Bush declaró que su primer error fue no haber sabido comunicar sus preocupaciones a las víctimas de la tormenta, muchas de las cuales eran de raza negra.

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