El Gobierno chileno descarta que exista riesgo sanitario por la presencia de cadáveres insepultos tras el seísmo

SANTIAGO, 10 (EUROPA PRESS)

El ministro de Salud chileno, Álvaro Erazo, afirmó que los riesgos sanitarios por la presencia de cadáveres sin enterrar tras el terremoto son prácticamente inecistentes, a pesar de que mostró su preocupación por los problemas sanitarios derivados de la acumulación de basuras en las calles.

Erazo descartó que exista riesgo de epidemias por la presencia de cadáveres sin enterrar tras el terremoto. “Cadáveres en la calle no hay”, afirmó el titular de Salud. “No hay riesgo sanitario por esta causa”, añadió en declaraciones a los medios locales.

Sobre los cadáveres ya enterrados que el terremoto hizo aflorar a la superficie, Erazo afirmó que “esos son cadáveres antiguos, restos óseos (...) el riesgo sanitario no existe”. Preguntado por los cadáveres más recientes que el seísmo dejó insepultos, el ministro afirmó no tener evidencia de problemas sanitarios producto de ello.

“Se hizo la fiscalización, se mandaron equipos y está descartado el riesgo sanitario porque se han hecho las sepultaciones”, zanjó Erazo, que sin embargo afirmó que al Gobierno aún le preocupaban los problemas que puedan surgir a consecuencia de la acumulación de basuras en las calles.

Las delcaraciones de Erazo contrastan con las de Marta Werger, su representante ministerial en la región del Biobío, que fue una de las zonas más afectadas por el terremoto de pasado día 27 de febrero.

RIESGO SANITARIO POR FALTA DE AGUA EN BIOBÍO

Por su parte, Marta Wegner, secretaria regional de Salud de Biobío, una de las zonas más afectadas por el terremoto del pasado 27 de febrero, afirmó en declaraciones a Radio Cooperativa que aún existe riesgo sanitario en algunas comunas de la zona por problemas de acumulación de basura y en el suministro de agua, que afirmó había quedado reducido al 40 por ciento en algunas localidades de Biobío, lo que “constituye por sí mismo en un riesgo para la salud de las personas”.

La secretaria de Salud se refirió en concreto a las localidades de Llico, Dichato, Tirúa y Chiguayante, donde afirmó que ya se había vacunado a 361 niños por un aumento de patologías entéricas asociadas a los cuadros de diarrea.

Werger también se refirió al riesgo que existe en zonas de la costa de Biobío por la posibilidad de que botellas de ácido clorhídrico y cianuro, que estaban en la universidad de Concepción y que con el seísmo quedaron desperdigadas por el territorio, puedan poner en peligro la salud de la población.

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