ICG pide una estrategia “nueva e imaginativa” para poner fin al régimen de Kony

MADRID, 2 (EUROPA PRESS)

El grupo de expertos en política exterior, International Crisis Group, pide al Gobierno de Uganda y a las fuerzas de Naciones Unidas que revisen completamente su estrategia para acabar con el “brutal régimen” del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) que comanda Joseph Kony a través de “nuevas y creativas maneras” de coordinar esfuerzos y recopilar los datos necesarios de inteligencia para conseguir su inhabilitación.

El LRA es la principal milicia del país africano. De raíces cristianas con un marcado componente misticista, el grueso de sus fuerzas se concentran en el norte de Uganda y, desde su creación en 1987, se les atribuyen numerosas masacres de civiles, violaciones en masa y secuestros que han desembocado en una grave crisis de desplazados.

Su líder, Joseph Kony, se encuentra encausado por el Tribunal Penal Internacional desde 2005 por crímenes de guerra y contra la Humanidad, entre los que se cuentan asesinato, violación, esclavismo sexual y uso de niños como combatientes. También fueron emitidas órdenes de arresto contra su lugarteniente, Vincent Otti -- presuntamente ejecutado en noviembre de 2007 por orden de Kony-- y los comandantes Raska Lukwiya, Okot Odhiambo y Dominic Ongwen.

La brutal escalada de violencia protagonizada por el LRA desde diciembre de 2008, que comenzó con la ejecución de 189 personas

durante un concierto patrocinado por una iglesia católica de Faradje en lo que se conoció como “La Masacre del Día de Navidad”, llevó a las autoridades ugandesas a desarrollar una operación especial para acabar con las actividades del LRA y llevar a Kony ante la justicia.

Sin embargo el operativo, denominado Lightning Thunder, “ha resultado un fracaso militar” a juicio del grupo de expertos: todos los ataques contra el LRA, según ICG, han acabado dispersando al grupo en unidades más reducidas que han extendido su radio de influencia hasta República Democrática del Congo (RDC), Sur de Sudán y República Centroafricana.

Estos grupúsculos del LRA han aprovechado eficazmente “la incapacidad de estas regiones adyacentes para controlar sus propias fronteras y la descoordinación entre sus respectivos ejércitos”. Además, al ser grupos muy reducidos, se mueven con rapidez de pueblo en pueblo, donde roban ropa y alimentos, reclutan por la fuerza a los niños, violan a las mujeres y ejecutan a los hombres como “parte de una estrategia de terror que sirve para disuadir a los supervivientes de que cooperen con las fuerzas militares”.

A la limitada capacidad de estos tres estados para proteger a su población se añade la falta de recursos de las respectivas misiones de Naciones Unidas en Congo y Sur de Sudán, donde “a los civiles no les queda más remedio que defenderse ellos mismos”, según explica el grupo, que recomienda que la retirada gradual prevista de su contingente en RDC, la MONUC, no debería ser óbice para dejar un pequeño grupo de fuerzas de paz en las zonas especialmente afectadas por el LRA.

El caso es que, según el analista del ICG para el centro de África, Edward Dalby, “las fuerzas de seguridad nacionales son demasiado débiles”. “Los ugandeses pueden haber disgregado al LRA hasta tal punto que sus grupos aislados ya no se pueden comunicar entre sí, pero aunque maten o capturen a Kony, sus milicias continuarán suponiendo un peligro terrible para los civiles, en particular en el desgobernado territorio de la frontera”, añade.

UNA ESTRATEGIA NUEVA

El grupo asegura que “ni siquiera una victoria militar completa sobre el LRA garantizaría el fin de la inseguridad en el norte de Uganda”. Para ello, el Gobierno de Kampala “debería abordar directamente las raíces de los problemas de la zona que desembocaron, hace 20 años, en la creación del LRA en particular la percepción de marginación social que detecta la población del norte de Uganda, y asegurar la rehabilitación social de sus ciudadanos”.

Además, el ICG sugiere que se adopte una nueva estrategia orientada especialmente a la protección de los civiles y al fortalecimiento de la seguridad fronteriza. “Esta rebelión (del LRA) carece de causa, y carece de foco”, entiende el director de proyecto del ICG para el centro de África, Thierry Vircoulon, quien pide “un esfuerzo unido entre los actores civiles y militares dentro y a través de las fronteras nacionales”.

“Es necesario contrarrestar la amenaza que opera y explora estas áreas semi desgobernadas”, apunta Vircoulon, “y para ello necesitamos formas de cooperación innovadoras, urgentes y flexibles”.

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