Un terrorista suicida provoca una masacre en Argelia
Un presunto miembro de la banda terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) hizo detonar la tarde de este jueves en la ciudad de Batna la bomba que portaba, causando al menos 15 muertos y 74 heridos, coincidiendo con la visita del presidente argelino, Abdelaziz Buteflika.
El balance de víctimas es provisional y, en opinión de los servicios de seguridad se teme que aumente el número de muertos ya que varios de los heridos han sido hospitalizados en estado gravísimo.
El presidente argelino terminaba este jueves en Batna una gira por varias provincias del este del país y, según testigos del atentado, la intención presumible del terrorista era suicidarse al paso de Buteflika.
El individuo se mezcló con el gentío que se había concentrado en el centro de la ciudad y trató de aproximarse a una de las barreras de seguridad, pero cuando varias personas se dieron cuenta de su actitud hizo detonar la carga que llevaba.
Al ser informado del atentado, el mandatario argelino se trasladó al hospital donde habían sido internados los heridos para interesarse por su estado.
Al comentar el hecho ante las cámaras de televisión, Buteflika condenó a “los criminales que tratan de sabotear el proceso de paz y reconciliación nacional”, en referencia a las medidas de amnistía ofrecidas a los terroristas que depongan las armas.
“La reconciliación nacional es una opción estratégica del pueblo argelino y un hecho irreversible, y yo no voy a renunciar a ella un sólo instante”, subrayó Buteflika con tono imperativo.
Las imágenes de la televisión mostraron a un Buteflika impresionado por lo sucedido, que en otro momento de su alocución señaló que los actos terroristas “no tienen nada que ver con los nobles valores del Islam”.
Banda salafista
Las circunstancias de este atentado apuntan a la banda salafista, que ya cometió actos similares en Argel y Lakhadaria, y ha amenazado con multiplicar sus acciones suicidas, señalando en uno de sus comunicados que “disponemos de muchos jóvenes que desean ser mártires”.
El 11 de abril pasado, la banda que dirige el terrorista Abdelmalek Drukdel, alias Abu Mossab Abdelduaud, cometió tres atentados suicidas en Argel, uno de ellos contra la sede del Gobierno y los otros dos contra sendas dependencias policiales.
El balance de esos atentados fue de treinta muertos, incluidos sus autores, y más de doscientos heridos.
El 11 de julio pasado, otro suicida perteneciente a la misma banda hizo detonar el camión que conducía dentro de un cuartel militar de la localidad de Lakhadaria causando ocho muertos y más de una docena de heridos.
Estos atentados fueron reivindicados por AQMI, que difundió por Internet unos vídeos en los que se mostraba su preparación y desarrollo, así como testimonios de los terroristas suicidas.
En toda la historia del terrorismo argelino sólo se había dado un caso de atentado suicida contra la comisaría central de Argel, pero desde que la banda argelina se afilió a la organización terrorista de Osama Bin Laden parece haber optado por este tipo de acciones.
Mientras el terrorismo de filiación religiosa estuvo representado sobre todo por el Grupo Islámico Armado (GIA) y el autoproclamado Ejército Islámico de Salvación (EIS), ninguno de ellos optó por los atentados suicidas
La banda denominada Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), convertida ahora en filial magrebí de Al Qaeda, intenta implantar en Argelia las acciones suicidas que se suceden en Irak y afirma que dispone de toda una cantera de jóvenes dispuestos a convertirse en “mártires” para propagar la guerra santa.
Las fuerzas de seguridad argelinas han asestado duros golpes a la banda eliminando en los últimos seis meses a varios de sus emires regionales y cabecillas, pero no la ha desarticulado por completo a juicio de expertos occidentales en la lucha contra el terrorismo.
El Gobierno mantiene su oferta de perdón a los terroristas que se rindan, a los que también se les ofrece medidas de reinserción social, pero la banda AQMI las ha rechazado una tras otra haciendo alusión a lo que considera un “régimen impío” establecido en Argel.
La misma organización terrorista ha afirmado en sus comunicados que trasladará sus acciones fuera de las fronteras argelinas, amenazando en concreto a varios países occidentales, entre ellos Francia, Italia y España.