Manuel Becerra no es para todos

Una rampa para sillas de ruedas que va a ninguna parte

Javier Lópex

Las Palmas de Gran Canaria —

La reforma de la plaza Manuel Becerra, en el barrio de La Isleta, no ha generado un espacio transitable para personas con movilidad reducida, incumple numerosas condiciones básicas determinadas en las normas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados. Así lo denuncia Alexis Bethencourt, miembro de la Asociación Yadey Horizontes Sin Barreras.

Entre los incumplimientos de las normas en esta plaza, Bethencourt señala la falta de piso antideslizante en el primer paso de peatones en la calle de La Naval esquina Benartemi. En el mismo cruce, una esquina con gradas solo tiene rampa para llegar a uno de los niveles, mientras que los escalones carecen de las prescriptivas cintas de color para que contraste con el resto de la superficie.

Bethencourt recuerda que la norma fija que al menos uno de cada cinco bancos de las zonas públicas deben tener apoyabrazos. Ningún banco de Manuel Becerra lo tiene, lo que dificulta su uso a personas con movilidad reducida.

La orden del Ministerio de Vivienda señala también que “el pavimento del itinerario peatonal accesible será duro, estable, antideslizante en seco y en mojado”, característica ésta que a primera vista no reúne el suelo de Manuel Becerra.

Aparcamientos y paradas. Los aparcamientos reservados para vehículos de personas con discapacidad en el entorno de la plaza se encuentran junto a zonas de transferencia con cuñas de asfalto y alcantarillas. Estos elementos están descartados por las normas, ya que dificultan el manejo de sillas de ruedas, a las que hacen perder estabilidad al aproximarse a los coches.

Otro elemento que limita el uso de la zona a todas las personas es la ausencia de asientos isquiáticos en las paradas de guaguas, que posibilitarían el descanso a personas con muletas. Por otra parte, también incumple la obligación de no colocar mobiliario urbano ni señales de tráfico a menos de 40 centímetros del borde de las aceras.

Desde la asociación Yadey consideran que con esta reforma el Ayuntamiento de la capital grancanaria derrochó “casi 950.000 euros” y desaprovechó la oportunidad de convertirla en una zona de recreo para el barrio, una extensión del parque del Castillo de La Luz que también podría dinamizar la economía de la zona, que ahora está rodeada de locales comerciales vacíos. Alexis Bethencourt se cuestiona de dónde saldrán ahora los fondos necesarios para las obras de remodelación que sí hagan que la plaza Manuel Becerra, si volverá a correr a cargo de fondos públicos.

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