Las llamadas ‘Casas de Contreras’ es un pequeño caserío situado en una de las lomas del barranco de Chinguarime y forma, por decirlo de alguna manera, pareja con Seima, el otro gran foco deshabitado de la comarca. Destaca poderosamente por una enorme vivienda de tipo hacendístico de dos pisos de altura con una escalera que inicia el acceso a la planta principal, donde se hacía la vida diaria dividida en dos estancias, mientras que la inferior corresponde a lo que podrían ser almacenes y cocina. Hoy, en ruinas, es testigo mudo de otros tiempos de prosperidad cerealística, pues tuvo que ser este el principal cultivo de la zona, donde aún perviven varias eras en las proximidades de este núcleo. Pero aún hay más. Sigue siendo un muestrario de piezas del siglo XVIII, momento al que se remonta esta vivienda. Si con sumo cuidado accedemos al interior nos toparemos con uno de los elementos más singulares que encontramos en la isla: un esgrafiado apenas perceptible con una cruz dedicada a San Juan Bautista en el que se concreta la fecha de construcción de la vivienda, aunque debido a las malas condiciones es ilegible la fecha concreta salvo el mil e setecyentos grabado en la pared. (988 caracteres)