Deporte para ricos

Para el uso de las instalaciones deportivas de la Ciudad Deportiva de Miraflores, denominada por algunas personas de Santa Cruz de La Palma, ‘El Poli’ o ‘El Poliflor’, financiadas y gestionadas por el Cabildo de La Palma, aunque en el resto de la Isla no conozco ninguna otra instalación deportiva mantenida por el Cabildo, que compense en parte la ventaja que supone para los de la capital esas instalaciones, me encuentro que para poder utilizar las mismas tengo que pagar 36 euros, mientras otros que ganan mucho más que yo, no pagan nada. Si a esto unimos el coste del reenganche de un agua pública, del alta de la energía eléctrica subvencionada, más los gastos de la escuela infantil municipal, el coste del material escolar para el nuevo curso que empieza en septiembre, más otros gastos disparatados, todos ellos avalados y consentidos por las administraciones públicas, me veo obligado a denunciar y preguntar públicamente, ¿cómo unos pueden mejorar su salud de manera gratuita, mientras otros tenemos que pagar cada 6 meses 36 euros?

Un desempleado de larga duración sin ayudas debe de pagar para el uso de las instalaciones deportivas del Cabildo las cantidades arriba mencionadas; sin embargo, un consejero del Cabildo o un alto funcionario del mismo, con sus buenos sueldos en comparación con algunos (si lo comparamos con el de Barcenas, serían malos sueldos, obviamente) y todos los trabajadores del Cabildo, no tienen que pagar nada, a lo que hay que añadir que los cónyuges e hijos de los trabajadores sólo tienen que pagar la mitad. Por tanto, nos encontramos que el deporte es para ricos, o privilegios para unos pocos.

Lo peor de este tipo de tinglados que se tienen montados algunos, es que los trabajadores del Cabildo piensan que los que denunciamos esto, como cuando denunciamos su seguro con la Clínica Universitaria, estamos en contra de ellos y que la gente de la calle ven estos privilegios como normal. Por tanto los responsables del Cabildo, aunque entiendan que es una vergüenza que los parados tengan que pagar y los trabajadores del Cabildo no, nunca se verán obligados a cambiar la ordenanza reguladora de las mencionadas las instalaciones y por otra parte, ningún responsable político va a enfrentarse a los trabajadores del Cabildo.

La suma de las pequeñas cosas, la suma de las pequeñas injusticias de todos los días, van haciendo mella en la Isla, y en lugar de ser más justos, más solidarios, y por tanto al final todos más ricos, hacemos lo contrario, cada uno a lo suyo. Tenemos el caso de aquellas administraciones públicas que otorgan la redacción de proyectos, siempre a los mismos arquitectos, esos que ya tienen para comer, vaciando las arcas públicas a consta de remuneraciones más económicas de jóvenes arquitectos, por mucho que el Colegio de Arquitectos o la ley fije las tarifas. Lo que obliga a estos arquitectos jóvenes y aquellos que no se han forjado convenientemente una red de contactos, a una especie de emigración coyuntural.

Las administraciones públicas que deben de equilibrar las injusticias, lo que hacen es dar solidez a las mismas, fomentando “el ande yo caliente ríase la gente”, de lo cual escribiré en mi próximo artículo, porque cada uno en su nivel, estamos hundiendo el famoso estado del bienestar.