José Pons: el cura que se ganó un aura de santidad pocas veces visto en La Palma

14 de enero de 2021 17:28 h

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José Pons Comallonga nació en San Vicente de Fals, un barrio de Manresa, en Barcelona, el 20 de febrero de 1875. En su infancia tuvo que ocuparse junto a su familia de las tareas agrícolas y ganaderas, hasta que manifestó su deseo de ingresar en el Seminario.

Después de varias vicisitudes logra entrar en el Seminario de Vich e inició también estudios de Filosofía, que alternaba con otros trabajos para poder subsistir hasta que, en 1894, tuvo que incorporarse a filas y es enviado a la guerra de Cuba.

Hospitalizado en 1898 es repatriado a España un mes después. Esta cruel contienda le dejó importantes secuelas y le marcó para toda su vida.

Ya en Barcelona continúa sus estudios, recibiendo en 1903 las órdenes mayores y dos años más tarde el presbiterado.

Debido a su precaria salud, algunos amigos le aconsejan que el clima de Canarias le era muy beneficioso para sus dolencias, y antes de cumplir un año de su ordenación, ya se encontraba en el Archipiélago.

Su primer destino fue Alajeró, en La Gomera, siguiendo después Santo Domingo, en Garafía, La Palma, así como en la isla de Tenerife, donde lo encontramos en muchas localidades como en San Bartolomé de Tejina, El Sauzal, El Tanque, Valle Guerra, etc.

En mayo de 1931 fue nombrado párroco de Las Manchas, vinculándose definitivamente con la historia religiosa de La Palma.

Algunos años más tarde se hizo cargo de la parroquia de Fuencaliente, por lo que lo que, a lo largo del tiempo, era conocido como el cura caminante ya que, habitualmente, invertía cerca de tres horas en recorrer a pie ambas parroquias.

Don José desempeñó una ingente labor de catequesis, que impartía tanto en escuelas como en todas y cada una de las parroquias en la que estuvo, que fueron muchísimas, siendo venerado y querido en toda la Isla, ganándose a pulso un aura de santidad pocas veces visto en nuestra tierra.

El a su vez, a finales de su vida, siempre decía refiriéndose a La Palma que gente tan atenta y hospitalaria no la había encontrado nunca.

José Pons Comallonga falleció en Santa Cruz de La Palma el 26 de agosto de 1964 y sus restos mortales reposan en el cementerio de esta localidad.

Además de Fuencaliente, Breña Alta y Los Llanos de Aridane, que le han dedicado una calle en sus respectivos municipios, éste último también adoptó, en pleno del 25 de febrero de 1988, un acuerdo solicitando a las autoridades eclesiásticas la declaración del padre José Pons como siervo de Dios y su consiguiente beatificación y canonización.

Igualmente, el año de su muerte, y a propuesta del Excmo. Cabildo Insular de La Palma, ingresó en la Orden Civil de Beneficencia, con distintivo blanco y categoría de Cruz de segunda clase, premiándole así por su acción caritativa.

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