No ‘catastrofemos’, please
Allá por el año 2000 un tal Simon Day lanzó al mundo, con toda la jeta, la teoría del derrumbe de la Isla Bonita. Y bueno, sí que se han derrumbado unas cuantas cosas desde entonces: las Torres Gemelas, la economía mundial con el tema de la burbuja inmobiliaria, una parte esencial de economía comunitaria europea por el Brexit, el turismo internacional a causa del covid, la fe del capitalismo en el crecimiento ilimitado, la intervención de Estados Unidos y aliados en Afganistán e incluso la salud financiera del CD Barcelona, pero la Isla Bonita sigue ahí, o aquí, bien plantada en el océano a pesar de los catastrofistas, conspiranoicos y agoreros, con toda la seguridad que pueda ofrecernos un planeta que circula por el espacio a una velocidad de 107. 280 kilómetros por hora.
Con el volcán en marcha hay algo que no se ha derrumbado, a pesar del sufrimiento de los palmeros que lo han perdido todo, no se ha perdido la fortaleza con que aquí la gente afronta plagas, enfermedades, incendios y volcanes. Y esa mezcla de estoicismo y solidaridad que en estos momentos dramáticos nos emociona. Forza y avanti, La Palma.
0