Me encanta aquello de “nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Por ejemplo, el sufrido turista que alquila un coche hoy en La Palma y se le ocurre meterse por algunas carreteras en obras, como la del Hoyo de Mazo, puede sufrir un ataque de ansiedad, pero si tal carretera se presenta como un numerito turístico, pongamos gincana con cambios de carril, obstáculos varios, paradas intempestivas, etc., creo que en ese caso por tal aventura se les podría cobrar un plus, no todos los días se supera  una prueba semejante, y al final se les entrega un diploma, tampoco estaría mal otro slogan turístico original para la carretera de arriba, la que va hasta Puente Roto, plagada de bicicletas a las que hay que ir superando en un alarde de freno, aceleración y volantazos, creo que sería un atractivo añadido a la singular belleza de nuestra isla: La Palma, la isla donde las bicicletas van por la carretera y los coches por donde pueden’. Lo ven, todo depende del enfoque. Un amigo me dice que una buena promoción para nuestras magníficas rutas senderistas sería: Haga senderismo en La Palma, simule un accidente y disfrute de un emocionante rescate en helicóptero, una experiencia inolvidable. Algunos millonarios americanos como Elon Musk pagarían millones por ser rescatados del fondo de un barranco. En fin, estamos perdiendo de ganar dinero.