Los virus de otoño

Imagen de archivo de una mujer acatarrada.

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Diez días acatarrado

con tos y dolor de pecho,

tengo el ánimo desecho

y mi resuello cansado.

Mi cuerpo tengo agotado,

soñé que estaba en la ruina,

que este mundo se termina

y no merece la pena

seguir con esta condena

tomando más cisteína.

Jócamo, 17.XII.2023

NOTA.- En otoño los virus apuran su jornada laboral. Es como si los días más cortos y el descenso de las temperaturas despertaran sus ansias de propagación y expansión. Como la radioactividad, no se ven, ni se huelen, ni se escuchan..., pero existen y son responsables de múltiples desajustes (o ajustes) biológicos en los individuos y en los ecosistemas.

Por desgracia para las personas y suerte para el resto de las especies de la biosfera, los virus matan directa o indirectamente a millones de humanos cada año, sin que la medicina ni la potente industria farmacéutica haya conseguido disuadir su enorme capacidad para perturbar la salud.

Mientras sea malestar, mocos y estornudos, la cuestión se resuelve con agüita de salvia, miel, limón y algún mucolítico como la cisteína que ayude a expectorar. Otra cosa es cuando la fiebre sube: entonces visitar y atender las recomendaciones del médico es lo aconsejable. La fitoterapia ayuda, pero no es definitiva.

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