Un bólido humeante sobrevoló el Observatorio del Roque de Los Muchachos a 57 kilómetros por segundo

Las cámaras del cielo  del Grantecan muestran la estela humeante que dejó el bólido al sufrir las altas temperaturas que provoca el frenado en la atmósfera.

La Palma Ahora

Villa de Garafía —

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Las cámaras de cielo del Gran Telescopio Canarias (Grantecan o GTC) y del proyecto AMOS (All-sky Meteor Orbit System-Canary Islands), en el complejo astrofísico de La Palma situado en las cumbres de Garafía, “han observado simultáneamente un nuevo bólido que entró rasante en nuestra atmósfera a la altura del Roque de Los Muchachos, a las 00:02:46 horas UT de este martes, 1 octubre 2019”, se informa en la página de Facebook del GTC. “El meteoroide”, añade, “que viajaba a más de 57 kilómetros por segundo (km/s) sobrevoló el observatorio durante aproximadamente 8 segundos”, según Pavol Matlovič, investigador de Erasmus +, “llegando a iluminar la noche con un brillo más de 250 veces el brillo de Venus, y similar al brillo de la Luna en cuarto”.

Las cámaras de AMOS, explican desde el GTC, ubicadas en los observatorios gestionados por el Instituto Astrofísico de Canarias en el Roque de Los Muchachos (Garafía) y en Izaña (La Orotava), son capaces de triangular y calcular las trayectorias de los bólidos que observan simultáneamente desde los dos emplazamientos. En este caso, “el análisis espectral realizado”, comenta Pavol, “indica que la composición química del meteoroide es la típica de los restos de un cometa, cuya órbita, muy excéntrica, está inclinada más de 100 grados con respecto a la de la Tierra alrededor del Sol y que provoca, cada año, la lluvia de Ursa Majorids (Osa Mayor)”.

Desde el GTC se apunta que “la animación de las cámaras de Grantecan, de mayor sensibilidad y tiempo de exposición, muestran la estela humeante que dejó el bólido al sufrir las altas temperaturas que provoca el frenado en la atmósfera, y que permiten desintegrar objetos de gran tamaño y evitar su caída a la superficie terrestre”.

Las cámaras de cielo del Gratencan, con un objetivo súper gran angular u ojo de pez, se utilizan para monitorizar las condiciones atmosféricas del cielo nocturno con el fin de programar las observaciones previstas por los astrofísicos.

Por su parte, las de AMOS, barren todas las noches el cielo en busca de meteoros.

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