Una pelea entre menores en Lanzarote vuelve a desatar el racismo en redes y sirve de arma arrojadiza en campaña
El pueblo costero de La Santa, en Lanzarote, fue escenario hace una semana de una pelea a pedradas entre menores. En el enfrentamiento participaron adolescentes del barrio y un grupo de jóvenes acogidos en el centro para migrantes de la zona. Una discusión previa en una guagua fue el origen del conflicto, que fue grabado en vídeo y que ha vuelto a desatar una oleada de racismo en las redes sociales. A menos de un mes de las elecciones autonómicas, el episodio está siendo también utilizado como arma arrojadiza por parte de algunos grupos políticos, que han aprovechado para relacionar de nuevo el fenómeno migratorio con la delincuencia y para pedir el cierre de este recurso.
Hasta ahora, 13 de los menores no acompañados que participaron en la pelea han sido trasladados a centros de Gran Canaria. Fuentes de la Dirección General de Protección a la Infancia del Gobierno de Canarias han confirmado que otros siete jóvenes que ya tienen documentación irán a Tenerife en los próximos días. “La Santa se quedará con 45 menores, que son los que llevan ya tiempo y están escolarizados”, apuntan. Los jóvenes que siguen en el recurso son aquellos que no participaron en la pelea. En los últimos días, no han podido asistir a sus clases por miedo. “Están recibiendo amenazas”, confirmó la consejera de Derechos Sociales del Cabildo de Lanzarote, Isabel Martín.
Mientras tanto, el alcalde de Tinajo, municipio al que pertenece La Santa, ha exigido que “saquen ya” a todos los migrantes del dispositivo. Jesús Machín (Coalición Canaria) ha pedido que el Gobierno de Canarias devuelva el albergue al pueblo. “No se pueden consentir las provocaciones de los inmigrantes”, ha aseverado mientras pedía a los vecinos que sus manifestaciones fueran “pacíficas” hasta que “los inmigrantes se vayan”.
El Cabildo de Lanzarote y el Gobierno de Canarias han aceptado las peticiones del alcalde. Ambas instituciones han anunciado que el albergue de La Santa dejará de ser un centro para menores extranjeros que llegan solos a Canarias. Hasta el momento, no solo no se baraja ninguna alternativa, sino que las administraciones locales “no colaboran” para buscar nuevos establecimientos.
“Nos gustaría que se colaborara desde todos los ayuntamientos. Tenemos que asumir que somos territorio fronterizo para lo bueno y para lo malo. Tenemos que gestionar con cordura el fenómeno migratorio y asumir con las mayores garantías la protección de los derechos de las personas”, insistió la consejera del Cabildo Isabel Martín. Según la responsable de Derechos Sociales, lo ideal es crear centros pequeños que puedan ser integrados en las localidades y que se puedan gestionar con solvencia.
“No es fácil encontrar alojamientos adecuados en la isla de Lanzarote. Si hubiera ofrecimientos de otros municipios, por supuesto que se valoraría el cierre de La Santa, pero no hay que olvidar que sigue siendo la isla con mayor número de llegadas y es necesario un alojamiento grande para albergar la cantidad de presuntos menores que llegan, con independencia de que posteriormente se trasladen a otras islas”, advierten desde la Dirección General de Protección a la Infancia.
Hace dos años se intentó abrir un recurso en el municipio de Haría. “El Ayuntamiento puso todas las trabas que pudo y no se abrió”, cuentan desde la Consejería de Derechos Sociales, área responsable de la tutela de los menores no acompañados. Chaxiraxi Niz, entonces alcaldesa, ordenó a la Policía Local el precinto de las obras. El objetivo de la reforma era convertir el parque Pardelas Park en un inmueble con capacidad para decenas de menores llegados en patera a la isla.
Según apuntó el municipio entonces, habilitar el recinto como lugar de acogida iba en contra de la normativa urbanística municipal. En declaraciones a una emisora de radio local, la exalcaldesa justificó que existía una gran “preocupación vecinal” y que no había policías locales suficientes “para dar asistencia a la zona”.
Después del altercado de La Santa, la alcaldesa de Arrecife, Astrid Pérez (PP), también se ha sumado a relacionar la seguridad y la inmigración. Así, ha solicitado un puesto permanente de la Policía Canaria en la isla. Los “lamentables sucesos” ocurridos en Lanzarote “evidencian las deficiencias en materia de seguridad”, señaló.
Su gobierno ha intentado en más de una ocasión deshacerse de los recursos para migrantes que hay en la capital. El Ministerio del Interior tuvo que declarar de interés general el CATE (Centro de Atención Temporal de Extranjeros) de Arrecife para sortear los continuos bloqueos del Ayuntamiento. Este campamento fue la alternativa que el Gobierno central dio a la nave industrial que acogió a cientos de hombres, mujeres y niños migrantes pese a no reunir los requisitos mínimos de habitabilidad. La insalubridad de la nave, sin duchas ni camas suficientes, llevó al Defensor del Pueblo a exigir su cierre inmediato.
Racismo viral
Más allá de la política, la pelea entre menores fue grabada en vídeo y difundida a través de las redes sociales. Aunque el enfrentamiento fue protagonizado por un grupo puntual de menores extranjeros, las imágenes se viralizaron acompañadas de mensajes alarmantes en contra de las personas migrantes.
Según los datos del Ministerio del Interior, la llegada de personas migrantes a Canarias cayó un 51,5% en el primer cuatrimestre de 2023. Entre enero y abril han llegado al Archipiélago 3.211 personas en pateras, lanchas neumáticas o cayucos. En el mismo periodo del año anterior llegaron 6.624. A pesar de los datos, términos como “invasión” o “una mafia que nos trae lo peor” volvieron a aparecer en las redes sociales.
¿Cómo se construye el discurso racista y anti-inmigración? El investigador Daniel Buraschi, en su tesis doctoral Racismo y fronteras morales en la mediapolis, concluye que los discursos políticos, sociales y mediáticos reproducen “representaciones sociales negativas de las personas migrantes” que terminan por transformar el imaginario común. Según el estudio, los temas predominantes en las noticias relacionadas con la inmigración son “los problemas de legalidad, las diferencias culturales y los problemas de relación interétnica”.
En sus primeros años, la expansión de las redes sociales fue vista como una “gran oportunidad para el desarrollo de la democracia”. Sin embargo, vino acompañada por una “inesperada diseminación de mensajes de odio y de discursos racistas” gracias al anonimato y la facilidad para publicar y viralizar los contenidos. Por esta razón, “la difusión del discurso del odio online está en el centro de las preocupaciones de las organizaciones internacionales y de la lucha antirracista”, señala la investigación.
En esta línea, desde el Cabildo de Lanzarote han apelado a la “sensatez” de los residentes para convivir en paz y proteger a los menores de situaciones xenófobas y racistas. “Debemos bloquearlas, no potenciarlas en redes sociales. Que no se saquen de contexto ni se magnifiquen”, apuntó la consejera insular de Derechos Sociales.
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