El colectivo de presos de ETA expulsa a cinco pistoleros
Los etarras Iñaki Rekarte, Esteban Murillo, Andoni Muñoz y Jorge Urruñuela han sido expulsados del colectivo de presos de ETA (EPPK) por “haberse situado fuera de la disciplina y el respaldo del Colectivo”, según informa esta organización por medio de un comunicado publicado por el diario Gara en el que además confirman la expulsión ya conocida del también terrorista Valentín Lasarte. Desde ahora “hablarán y ejercerán a título personal”, añade el colectivo, que desde este lunes inicia lo que han calificado como “una dinámica de lucha”.
Todos los expulsados son veteranos pistoleros de la banda, que llevan desde hace años en la cárcel y aun tienen pendientes por cumplir largas condenas en prisión.
Iñaki Rekarte fue detenido el 18 de marzo de 1992 en el barrio bilbaino de Deusto, acusado de haber formado parte de sendos grupos de apoyo a los comandos Donosti y Vizcaya, hasta que huyó a Francia, y de ser posteriormente integrante del comando Mugarri.
Regresó a España en el mes de enero de 1992 con el encargo de la dirección de la banda de cometer atentados en Cantabria y Asturias. Concretamente, está considerado autor material del atentado cometido el 25 de febrero en el barrio santanderino de la Albericia, donde fallecieron tres personas.
Esteban Murillo, de 57 años de edad, es otro de los presos históricos de la banda. Detenido el pasado 2 de octubre de 2008 en Bidarrai (Francia), fue trasladado a España el pasado 8 de octubre procedente del país galo. La Justicia española le reclama por un delito de integración en banda terrorista y nueve asesinatos -ocho en grado de tentativa y uno consumado-.
La Audiencia Nacional dejó en libertad a este terrorista el 23 de mayo de 2002 después de ser juzgado por su presunta implicación en el asesinato en Pamplona de un policía nacional. Antes de eso, este etarra ya contaba con una larga trayectoria en la banda terrorista.
En marzo de 1986 Murillo huyó tras la caída del comando Nafarroa hasta el 20 de septiembre de 1990, cuando fue detenido en el aeropuerto de México portando documentación falsa, siendo condenado a nueve meses de prisión por falsificación de documentos. En enero de 1999 se le detuvo en el Aeropuerto de Ámsterdam (Holanda), procedente de México. Las autoridades holandesas le extraditaron a España, donde se dio a la fuga tras ser absuelto de la muerte del agente de policía en Pamplona.
Andoni Múñoz, alias Txinista, fue detenido el 26 de octubre de 1994 por su presunta colaboración con el comando Vizcaya de ETA. Fue condenado a un total de 67 años de cárcel por la colocación de artefactos explosivos y tenencia de armas. Por us parte, Jorge Urruñuela, nacido en Baracaldo, fue encarcelado en 2004 por cometer actos de kale borroka.
Lasarte, responsable del economato
Además, el histórico etarra Valentín Lasarte, responsable de los asesinatos de Gregorio Ordónez o Fernando Múgica, fue eliminado del las últimas listas del colectivo de presos de ETA a las que tuvo acceso Europa Press. Este terrorista, que cumple condena en la cárcel de Villabona (Asturias), rompió la disciplina que impone la banda en las prisiones al aceptar un puesto de trabajo en el economato del centro penitenciario.
De hecho, Lasarte llegó a Villabona dentro de la política de acercamientos del Ministerio del Interior. El Departamento que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba tiene en este centro asturiano y en la cárcel de Zuera en Zaragoza sus principales bancos de pruebas de su política penitenciaria con los cerca de 600 presos de ETA que cumplen sus penas en prisiones españolas.
Lasarte tiene pendiente de cumplir una sentencia centenaria por su participación en varios atentados, entre ellos los asesinatos de Fernando Múgica y Gregorio Ordoñez e integró el primer grupo de etarras acercados al País Vasco a finales de 2008 tras haber expresado su desacuerdo con la actual dirección de ETA y haberse mostrado a favor de acabar con la “lucha armada”. En concreto, Lasarte llegó a Villabona el 5 de noviembre.
A las órdenes de ETA dentro de la cárcel
Los presos de ETA deben acatar las directrices de la banda y participar en los actos de protesta que se organizan en el interior de las cárceles, tales como 'txapeos' o encierros en la celda, renuncias puntuales a las comidas, concentraciones en los patios y, por contra, no incorporarse a las actividades orientadas a la reinserción porque, según la lógica etarra, se estaría admitiendo el delito cometido y la autoridad de Prisiones.
Estas expulsiones que el colectivo ha hecho públicas este lunes coinciden con el inicio de un periodo de reivindicaciones en las cárceles que el propio EPPK ha calificado como “dinámica de lucha” y que, según indica en otro comunicado difundido hoy, se prolongará durante todo el año. Denuncian un aumento de la “represión” hacia los presos de ETA en las cárceles por lo que pretenden “hacer frente a esta cruenta política carcelaria”. Entre las medidas de protesta, los cerca de 750 presos que integran el colectivo, contemplan encierros en sus celdas (txapeos) y hasta huelgas de hambre.