Garzón cree que Otegi tenía la misión de “conseguir treguas encubiertas” por orden de ETA

MADRID, 16 (EUROPA PRESS)

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón considera que la organización terrorista ETA ordenó la creación del aparato 'Bateragune (Todos juntos)' para crear “un referente político” en la próxima primavera de 2010 y así poder concurrir a las elecciones municipales y forales de 2011. Ese proyecto, denominado “alianza soberanista-independentista”, del que se excluye al PNV, es un “instrumento donde ubicar desde sectores actuales del PNV, bases sociales de EA, tercer espacio, sindicalismo abertzales, independientes, sectores de izquierda, etc”.

Asimismo habían planificado un “proceso de negociación que el Estado se vería obligado a asumir y que es el mismo de la denominada Propuesta de Anoeta, con dos ámbitos: uno entre los agentes políticos y sociales vascos y otro, entre ETA y el Estado español”.

Así consta en el auto por el que el magistrado envía a prisión a Otegi, Rafael Díez Usabiaga y otros tres dirigentes de la izquierda abertzale por un delito de integración en organización terrorista, que detalla que el objetivo de este proyecto era “facilitar los contactos y aproximaciones con formaciones o agentes políticos y sociales soberanistas o independentistas contrarios a la violencia”, especialmente con Eusko Alkartasuna (EA), y continuar “la actividad violenta en el resto de España”.

En el curso de la operación policial en la sede del sindicato LAB, los agentes incautaron en el despacho donde se encontraba Rafael Díaz Usabiaga el documento en el que se recogen todas esas iniciativas, que se concretaban en concretándose en una oferta que sería presentadas a los agentes políticos y sociales durante el otoño. La oferta es un minucioso calendario de la estrategia que iba a desarrollar Otegi y los otros encarcelados.

El proyecto constituía, según Garzón, “una operación de engaños y enredos a los agentes políticos y sociales” soberanistas del País Vasco que incluiría “periodos de desactivación de la violencia terrorista” para hacer “creíble su oferta política”. Estaba dirigido a EA, Aralar, AB y ELA y excluía al PNV para lograr que perdiera “la hegemonía en el ámbito abertzale” y su condición de “primer interlocutor con el Estado”.

Para lograrlo, la banda había encargado al ex portavoz de Batasuna Arnaldo Otegi, al que Garzón considera “máximo responsable” de 'Bateragune', “conseguir treguas encubiertas para Euskal Herria de acciones de ETA en cumplimiento de las directrices de ésta”.

“PRIMAVERA DE 2010”

El objetivo de esta estrategia, que fue conocida por la incautación en abril de 2009 de un documento al etarra e idelógo de la banda Ekaitz Sirvent, era formar “una alianza estratégica nacional que colaborara en la presión para forzar al Estado español a asumir un nuevo proceso de negociación y que, una vez abierto, impusiera el reconocimiento del derecho de autodeterminación”.

El documento de Sirvent, denominado 'Herri Antolotuaren Estrategia Independentista Bateranz', destacaba que ETA ponía su “fuerza armada” al servicio de “una alianza nacional” que condujera a la constitución de una “Nación Organizada” de la que excluye al PNV. “Lo primero es romper la falsa dependencia que tienen algunos para con las acciones armadas de ETA. En especial EA, Aralar, AB y ELA. La organización les hace un llamamiento para que se integren en el espacio de lucha que supone Nación Organizada. Tiene que dar pasos en la confrontación Euskal Herria-Estado”, señala.

El juez, que implica en este proyecto a todos lo detenidos salvo a Ainara Oiz y Rufino Echevarría --arrestada por sacar documentos de la casa de Miren Zabaleta--, sostiene que los promotores de este proyecto no querían “iniciar una apuesta por las vías políticas institucionales y democráticas, abandonando la violencia terrorista, sino, sencillamente, adaptar ésta a la evolución de esta peculiar 'apuesta política', en la que los obstáculos no son superados mediante los votos, sino mediante las bombas”. Así, ETA se situaba en una “posición jerárquicamente superior”, lo que “priva de autonomía a 'Betaragune'”.

11 REUNIONES Y ENCUENTROS CON ETARRAS

Para ello, celebró 11 reuniones desde el 17 de abril pasado. Una de ellas, celebrada el 21 de julio pasado, condujo a Otegi a la localidad francesa de Ezpelette, donde acudió junto a Santiago Orúe Maurolagoitia siguiendo “extremas medidas de seguridad”. Sin embargo, el dispositivo de vigilancia montado por la policía no pudo determinar “dónde y con quién estuvo”, si bien fue “localizado a última hora de la tarde acompañado de Arkaitz Rodríguez, Mikel Ansa y Sonia Jacinto”.

Además, el ex portavoz de Batasuna mantuvo “diversos contactos, directamente o a través de otros como Santiago Orue Maurolagoitia con miembros de ETA o responsables de Batasuna en prisión, tales como Ibon López de Arbulu Rentaría, Juan Francisco Gómez López y José Luis Elkoro Unamuno”.

INFORMAR A ETA

Los integrantes de 'Bateragune' también se encargaban de “supervisar” la aplicación de esta estrategia e informar a ETA de “los éxitos y fracasos producidos en la puesta en práctica de sus decisiones, en el resto del entramado que lidera la estructura terrorista”.

Así consta en un documento manuscrito intervenido a Otegi que “contiene la planificación del proceso de negociación desarrollado en octubre de 2006, señalando que tras un 'primer acuerdo' se debe 'hacer karpeta y pasar bateragune (sic), es decir, que los negociadores en nombre de Batasuna debían informar a los integrantes del Bateragune sobre la evolución del proceso'”.

También se recoge esta estrategia en un documento titulado 'Bases para la iniciativa política de la izquierda abertzale' incautado a Miren Zabaleta en el que se incluían cuatro ejes de actuación: la línea armada, TAV (Tren de Alta Velocidad), gestión de la posición de la izquierda abertzale y acumulación de fuerzas y liderazgo de la reivindicación del cambio político.

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