Rajoy y Rivero se entienden
Ya se sabía que Rajoy no iba a aparecer ni por la pantalla de plasma. Es lo normal en La Moncloa con los presidentes autonómicos, salvo por razones de fuerza mayor. Además, lo contrario hubiera sido hacerle un feo a Soria, que ya bastante desairado quedó al no salir en la foto de ayer, convirtiéndose en el gran ausente de la cita. Por eso el marrón de escenificar el buen rollito entre las dos administraciones le tocó ayer a Paulino.
Y es que al menos fueron tres o ó cuatro las ocasiones en que, tras el encuentro, el de El Sauzal agradeció “la disposición al diálogo” de Rajoy en la rueda de prensa de este miércoles: “Nuestra demanda ha sido atendida con prontitud y quiero agradecer el gesto”, “Se ha expresado con claridad la voluntad de diálogo”. “No tengo ninguna duda de que el señor Rajoy va a poner todo de su parte”. “Ha sido bastante receptivo a nuestras demandas”.
Y el ambiente era tremendamente cordial y amigable en el entorno de los dos presidentes, casi chiripitifláutico, pero, todo hay que decirlo, en el que se notaba más satisfacción era entrelos edecanes de Rajoy en La Moncloa y la gente de Rivero andaba algo más seria. Y mientras el equipo de comunicación del Gobierno regional que conforman el portavoz Martín Marrero o Jaime Pérez- Llombet se ubicaba en las últimas filas, detrás de los periodistas, no pasaban desapercibidos los gestos de asentimiento y aprobación que la directora general de Comunicación de La Moncloa, Consuelo Sánchez- Vicente, ubicada en la primera fila, prodigaba a las palabras de Paulino sobre la importancia para Canarias del REF o sobre el acuerdo que ya adquirió CC con el PP en épocas pasadas para reformar el Estatuto de Autonomía.
Eso sí. Mentarle a Paulino a Soria y si sus anteriores desavenencias con él habían tenido reflejo en la reunión fue como sacarle a pasear la bicha y que contestase muy dignamente que allí dentro, de lo que él había hablado con Rajoy era “de los problemas de España y de Canarias”, pero “no de ninguna persona en concreto”. Y que dejase de contestar a la pregunta de si se iban con alguna garantía de que Soria no iba a torpedear los acuerdos, después de que se hayan pasado meses diciendo eso no sólo en el PSOE sino también en CC.
¿Está o no Soria en los acuerdos y cuál es el alcance de estos? ¿Es ésta una clara muestra de que, cómo muchos dicen, el ministro de Industria pasa por horas bajas y su estrella declina en la galaxia del PP? El tiempo lo irá diciendo, aunque ha quedado bastante claro que ayer fue el gran ausente y que, tras las cartas de Rivero a Juan Carlos de Borbón y al propio Rajoy, advirtiendo de un posible auge del soberanismo en nuestro Archipiélago, el gallego ha escogido la vía del entendimiento aunque con eso haya podido desairar a su ministro.
Y es que, tal como está el patio, con la Infanta Cristina imputada y con un personal que de Cádiz a Barbastro sigue muy cabreado por los recortes, y sin que terminemos de salir de la crisis, el desafío de los catalanes y las heridas en el País Vasco aún cicatrizando, no está el horno del Estado para muchos más bollos. Y ni a Rajoy ni al Estado le interesa abrir un nuevo frente en la Macaronesia.
La verdad es que Paulino ha demostrado saber jugar muy bien sus bazas, aunque ahora le queda la tarea de saber vender bien en el Archipiélago los logros que puedan ir alcanzándose si el presupuesto se abre un poco, y hacer compatible la alianza con Madrid con los acuerdos con el PSOE, según se vayan acercando las elecciones autonómicas y estatales de 2015.
La prueba del algodón de que los acuerdos vayan o no en serio -y no como en mayo de 2012 en que el primer encuentro entre ambos desde que el gallego es presidente del Gobierno no dio fruto alguno- va a ser, según el propio Rivero, la reunión que antes del verano tendrá lugar cuando se empiecen a redactar los PGE del año que viene. No olvidemos que esa ha sido, con muchísima razón, la auténtica caja de los truenos en los últimos meses. Pero ya antes, en las reuniones previstas con Fomento, tras un año de estruendosos desencuentros entre Domingo Berriel y Ana Pastor, se podrán extraer algunas conclusiones. Y el telón de fondo de la necesidad que tiene Canarias de contar con Madrid en asuntos como la reforma del REF y la consagración jurídica a cada vez más alto nivel de la singularidad y excepciones de estos islotes de nuestras entretelas también va a ser otra prueba.
“Somos un partido nacionalista constitucional, pero si hay que reformar la Constitución tampoco hay que rasgarse las vestiduras”, decía ayer quien hasta el otro día se sumaba de modo bastante entusiasta a la propuestas de reforma federalista de Rubalcaba. Y es que en mayo de 2012, aún había mucho recelo del Gobierno de Rajoy con el Ejecutivo regional, fomentado por hechos que a veces tienen tanta importancia simbólica como cierta diplomacia paralela de Rivero con Marruecos o, por supuesto, el incuestionable hecho de que las heridas recibidas por Soria al quedar fuera de la presidencia, tras el pacto de Rivero con el PSOE, estaban aún muy en carne viva.
Paro Rivero y Rajoy se conocen de antaño, no lo olvidemos y muchas fueron las reuniones de aquella llamada 'Mesa del Pacto' con el PP en que ambos participaron durante los gobiernos de José María Aznar, secundados por José Carlos Mauricio y Javier Arenas. ¿Y el petróleo y las prospecciones de Repsol para el que Rivero congregó una amplísima plataforma social en Madrid hace escasamente un mes? “Bueno, seguimos en contra y nuestras posiciones son encontradas, pero no nos va a impedir entendernos en otros ámbitos...”, dijo ayer Rivero. En fin, ese asuntillo del petróleo.