Zapatero: se aplicará “la fuerza necesaria” mientras Gadafi ataque a Libia
MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha defendido en el Congreso de los Diputados que mientras exista “el riesgo” de que el régimen libio de Muamar Gadafi “vuelva a atacar a su pueblo”, la comunidad internacional aplicará “la fuerza necesaria para impedirlo”.
Por ello, durante su comparecencia ante el Pleno del Congreso para solicitar el aval de la Cámara a la participación española en la operación internacional en Libia, el jefe del Ejecutivo ha calificado su petición de “prudente”. Según ha detallado, los militares españoles permanecerán entre un mes --apoyando la zona de exclusión aérea-- y tres meses --en el caso del embargo de armas--.
La misión será prorrogable en función de “las necesidades” de la operación y Zapatero se ha comprometido a que el Gobierno acudirá para ello de nuevo a solicitar la autorización de la Cámara.
Zapatero también ha recalcado que la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que autorizó la intervención aliada “no pretendía la expulsión del coronel Gadafi del Gobierno de Libia”, ni tampoco incluye “la ocupación del territorio libio”.
“Su objetivo --ha dicho-- era advertir al coronel Gadafi de que dejase de usar las armas contra su pueblo, de que sino lo hacía así, la comunidad internacional estaba dispuesta a usar la fuerza para poner fin al genocidio contra su pueblo”.
El presidente del Gobierno ha insistido en que España ha asumido “su responsabilidad” como miembro de la actividad internacional y ha apuntado que hasta ahora la intervención “ha surtido efecto, al menos parcialmente”, porque “parece que se han detenido los ataques indiscriminados y, eventualmente, se ha producido algún repliegue”.
CONTRIBUCIÓN ESPAÑOLA A LA OPERACIÓN
Zapatero ha detallado que la contribución española a la operación internacional consistirá en “garantizar la zona de exclusión aérea y asegurar el embargo acordado por las Naciones Unidas”. Para la primera misión, se han destinado cinco aviones --cuatro cazabombarderos F-18 y un avión de reabastecimiento Boeing 707--, que están ya “operativos e integrados en el dispositivo aéreo de la coalición”.
Para la aplicación del embargo, y “a la espera” de que el Consejo de la OTAN adopte una decisión sobre el inicio de esta misión, España ha activado ya la fragata Méndez Núñez y el submarino Tramontanta, así como un avión C-235 de vigilancia marítima. En total, las dos misiones supondrán “alrededor de 500” militares movilizados.
El jefe del Ejecutivo ha explicado que el mando de los medios aéreos está ya transferido por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general del Aire José Julio Rodríguez, al mando de la coalición, que ostenta el general Carter Ham, comandante del Mando para África de Estados Unidos (Africom).
“Estamos ante un importante despliegue de medios militares, aéreos y navales”, ha destacado el presidente, que ha hecho hincapié en “la rapidez” con que las Fuerzas Armadas “una vez más” han respondido a la misión encomendada por el Gobierno.
Tras manifestar expresamente su “agradecimiento” a los grupos políticos y, en particular, al principal partido de la oposición por la “posición” que han mantenido estos días, ha recordado que varios países participantes en la coalición internacional han celebrado sus correspondientes debates parlamentarios y “en todos los casos” los parlamentos han avalado o unánime o mayoritariamente la decisión de participar en la coalición para defender a la población libia.
OPERACIÓN AJUSTADA A AL “LEGALIDAD”
Zapatero ha subrayado la “legalidad” y “legitimidad” de la operación libia y, de hecho, ha opinado que la comunidad internacional sale “reforzada” con ella, por la forma en que ha adoptado su posición: el apoyo “inequívoco” del Consejo de Seguridad y el “respaldo expreso” de la Liga Árabe, la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) y la Unión Africana, además de la UE.
Pero además, ha defendido que la comunidad internacional sale reforzada con esta operación porque su fundamento es el principio de la 'Responsabilidad de Proteger' a la población civil. “Un principio humanitario”, ha recalcado, “para defender a los ciudadanos de ataques a las propias fuerzas libias”.
Sin embargo, aunque ha insistido varias veces en que el objetivo de la misión no es expulsar a Gadafi, Zapatero ha puntualizado que la resolución 1973 “insiste también en el objetivo de encontrar una solución a la crisis” política en este país, “que responda a las legítimas demandas del pueblo”.
Es más, ha situado la decisión internacional de intervenir “en un contexto histórico concreto que puede calificarse de 'primavera árabe'”, lo que a su juicio es “una nueva etapa política en el Mediterráneo que la sociedad española sigue con atención y con esperanza”.
En este punto, se ha referido a “la valentía y el espíritu cívicos” de tunecinos y egipcios como “demostración palpable de que el progreso y la libertad son también causas del mundo árabe y se pueden hacer valer pacíficamente” y ha contrapuesto el caso libio por la “violenta reacción de sus autoridades a las demandas democratizadoras”.
Zapatero ha hecho un recorrido por las primeras reacciones de la Unión Europea tras los “primeros disturbios”, condenando la represión y deplorando la violencia y la muerte de civiles, y ha recordado que desde un primer momento los Veintisiete se comprometieron a “evaluar todas las respuestas posibles, siempre que existiera una necesidad demostrable, una base jurídica clara y el apoyo de la región en relación con los ataques contra civiles incluso desde el aire”.
Tras los primeros esfuerzos humanitarios y las evacuaciones de los ciudadanos que “huían de los combates y de los peligros que la ofensiva militar del régimen causaba”, la Unión Europea comenzó a estudiar “todas las opciones a su alcance, incluida la acción militar”.
Precisamente, ha destacado que la propia Liga Árabe, en una reunión el 12 de marzo, hizo un llamamiento al Consejo de Seguridad de la ONU para que impusiese una zona de exclusión aérea, que crease “zonas seguras en los lugares vulnerables a los ataques aéreos”, que fue finalmente aprobada por la resolución 1973 de la ONU.
Zapatero ha recordado que la reunión de París convocada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para analizar esta resolución consiguió congregar a 18 países, al secretario general de la ONU, el presidente de la Comisión Europea y el secretario general de la Liga Árabe.
Y dado que se constató en esa cita que el régimen libio proseguía con “su escalada militar contra su propia población con medios de guerra”, se decidió dar cumplimiento a la resolución de Naciones Unidas.
RESPETO A LA INTEGRIDAD TERRITORIAL LIBIA
Para ello, se optó por adoptar “todas las medidas necesarias, incluidas las militares” para asegurar el cumplimiento de la resolución y mostrar al pueblo libio la determinación de la comunidad internacional de “apoyarle para que pudiese realizar sus aspiraciones y construir su futuro democrático, respetando su soberanía e integridad territorial”.
En relación con la participación de España en la intervención, Zapatero ha detallado que “antes de dar este paso”, plantó cuatro condiciones: la existencia de una resolución de la ONU, “porque es lo que exige la legalidad internacional”; un acuerdo europeo; la complicidad regional a través de la Liga Árabe y la Unión Africana; y, la autorización del Parlamento.
De acuerdo con estas condiciones, y teniendo en cuenta el “consenso” que obtuvo en sus conversaciones con la oposición, el Gobierno decidió la participación de España en la coalición internacional, al amparo de lo previsto en la Ley de la Defensa Nacional, que permite tomar “decisiones urgentes” en las situaciones que así lo requieran.