Hombre rico, hombre pobre

El líder de la oposición parece un pollo sin cabeza dando saltos de un sitio a otro desde hace unas semanas, justo después del debate cara a cara en el Senado con Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno lo noqueó y lo ridiculizó en vivo y en directo ante la vista de todos. Fue una humillación por mucho que sus simpatizantes lo dieran como ganador. 

Tras aquel KO técnico, Núñez Feijóo aparece noqueado en todas sus apariciones públicas, como si hubiese perdido la cabeza y el juicio a la vez. Es verdad que tampoco ayuda nada que te opongas a las medidas impositivas del gobierno a las grandes empresas energéticas, eléctricas y bancarias, esas que han obtenido beneficios milmillonarios con la crisis, y que al día siguiente tus correligionarios en Bruselas te enmienden la plana y te dejen con el culo al aire. 

La conservadora presidenta de la Comisión Europea, la alemana merkeliana Úrsula van der Leyen, parece tener más puntos en común con el socialista Pedro Sánchez que con el liberal conservador Feijóo, que en sus años mozos tenía veleidades izquierdistas cuando votaba a Felipe González. Ahora a algunas comunidades autónomas del PP les ha dado por suprimir el impuesto al patrimonio que solo afecta a menos del uno por ciento de la población española. 

Moreno Bonilla y Ayuso creen que con anunciar la supresión de impuestos la gente les va a votar, aunque solo se beneficien los ricos y la inmensa mayoría de los españoles no lo sea. Al menos se aseguran el voto del 0,2% de millonarios que hay en España. Por cierto dos de cada tres ultra ricos no pagan impuestos de Patrimonio porque viven en Madrid. 

Lo más curioso es que Galicia, la Comunidad Autónoma que presidió Feijóo durante los últimos trece años, sí mantiene ese impuesto al patrimonio. Aunque nada más ver lo que se ha hecho en Madrid y Andalucía, su presidente acaba de proclamar que recortarán este impuesto para que los ricos no paguen tanto. Pobrecillos. Me dan una pena. 

Mientras algunas comunidades del PP suprimen ese impuesto, el Gobierno de España ya está preparando otro para los ricos que durará dos años y que servirá para ayudar al país a salir de la crisis. De esta manera los ricos tienen una magnífica oportunidad de hacer patria ayudando a sus compatriotas más necesitados y menesterosos. Así, de esta forma, aunque sea de forma obligada, sí podrán presumir de banderita de España en la correa del reloj. 

Espero que Moreno Bonilla no haga lo mismo que Ayuso suprimiendo el impuesto para contentar a sus ricos y luego exigiéndole dinero al gobierno central para paliar su falta de recursos para sufragar los servicios públicos más esenciales. Es muy fácil quedar bien con tus votantes bajándoles los impuestos pero es muy feo mendigar luego al Gobierno central para que los que pagamos todos también redunden en las comunidades más ricas y exentas del cobro. 

Los patriotas de hojalata culpan al gobierno de pactar algunas medidas con Bildu y Esquerra Republicana de Cataluña pero, como ya explicó el portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, el gobierno se ve obligado a hacerlo porque las tres derechas de la tarta de tres chocolates de la oposición votan siempre en contra de las propuestas de avances sociales.

Cuando la oposición achaca esto al gobierno, pretende que la ciudadanía crea que el Ejecutivo está pactando con terroristas y soberanistas pero lo cierto es que el gobierno condena el terrorismo que afortunadamente no existe en España desde hace doce años y no está a favor del independentismo. Lo único que pactan con estos partidos son las medidas de avances sociales, algo que difícilmente lo va a entender la derechona encorbatada, que es más de eternizar los privilegios de los más poderosos y ricos, como se está viendo ahora otra vez. 

Esta misma semana se ha sabido que los ejecutivos de las empresas del Ibex 35 ganan 60 veces más que sus empleados, por lo que cada trabajador de estas compañías tendrían que currar 60 años para ganar lo que cobra uno de estos ejecutivos agresivos en uno solo. La desigualdad salarial es tan obscena e insultante que cuando escucho a alguien justificarla y perdonar los impuestos a los más acaudalados me entran ganas de invadir Moldavia.