Los guanches intensificaron el consumo de mariscos a partir del siglo X

Conchero en la costa de Buenavista del Norte, uno de los yacimientos investigados por el equipo de Eduardo Mesa

Luis Socorro

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El consumo de mariscos, principalmente lapas, por parte de los guanches “se intensificó a partir del siglo X, probablemente debido a una mayor demanda debido al crecimiento poblacional”. Así lo ha expresado el doctor Eduardo Mesa en la VII Reunión Científica de Arqueomalacología, organizada por la ULPGC y que ha reunido en Gran Canaria a destacados historiadores españoles, especializados en investigaciones sobre el consumo de recursos marinos. Mesa es autor de la única tesis doctoral, hasta ahora, sobre malacología en la época indígena de Canarias.

El objetivo de su investigación fue “el estudio del aprovechamiento de este recurso”. Mesa centró su investigación en la costa norte de Tenerife, en la comarca guanche de Daute, desde Garachico hasta Buenavista del Norte; éste último municipio atesora las dataciones más antiguas de la Isla –primeros siglos de la era común- y los concheros más interesantes. El arqueólogo expuso a sus colegas peninsulares y canarios “la evolución diacrónica, qué pasa con estos recursos desde el principio del poblamiento hasta el proceso final de conquista”.

El investigador afirma que hay restos de consumo en las cuevas en las que habitaba la población prehispánica. “Hay dataciones del siglo IV en el yacimiento de la Cueva de Las Estacas” –Buenavista del Norte-, resultado de “una investigación que realizan los doctores Cristo Hernández y Carolina Mallol”. Pero es a partir del siglo X cuando se intensifica el aprovechamiento del marisqueo. La prueba que aporta el arqueólogo “es la presencia de concheros a partir de esas fechas, porque anteriores no se han encontrado”, pero no excluye que se puedan encontrar en un futuro.

Los concheros son yacimientos que están junto a los contextos habitacionales donde vivían los guanches. “Son el resultado”, explica Mesa, “de que hubo una actividad relacionada con el procesado del marisco y que va más allá del consumo cotidiano. Contemplamos que la satisfacción del consumo cotidiano está en los lugares dónde vivían, en los contextos de hábitat. Si además, tenemos los concheros junto al lugar en el que vivían y son contemporáneos, entendemos que lo que se está haciendo es intensificar la producción”.

Este incremento de la explotación de los recursos malacológicos también se observa en los ictiológicos, los peces. Así lo documenta, recuerda Mesa, “la doctora Carmen Gloria Rodríguez”. Rodríguez es autora de la única tesis doctoral, hasta el momento, sobre el consumo de pescados en la dieta prehispánica. La arqueóloga ha investigado yacimientos costeros en cinco islas y ha constatado que consumían pescados de roca, de orilla, práctica para la cual no necesitaban la navegación. Jamás se han encontrado restos de túnidos en yacimientos del Archipiélago.

El doctor Mesa expuso a sus colegas que las plataformas costeras de Daute y Teno Bajo “aglutinan la mayor concentración de yacimientos con restos arqueomalacológicos de época aborigen de Canarias”. Los resultados preliminares “del análisis de isótopos estables realizados en conchas de lapas refuerzan la hipótesis en la diferenciación de la producción marisquera en época aborigen, entre los espacios domésticos de carácter habitacional y la formación de los concheros en la costa de Buenavista”.

En Gran Canaria, como ponen de relieve el equipo de investigación de El Museo Canario, también se produjo un aumento de la explotación de los recursos marinos después del siglo X, incluso está documentado el aumento de población con la creación de poblados costeros, como los existentes en la costa de Telde, la Aldea y en el Norte de la Isla. Precisamente en el municipio de Gran Canaria, como expuso la historiadora Mari Carmen González en la VII Reunión Científica de Arqueomalacología, hay constancia de consumo de mariscos desde el siglo VI, como atesoran los restos excavados en el yacimiento de Playa Chica (Sardina del Norte). González está realizando su tesis doctoral sobre malacofauna y está tutelada por Eduardo Mesa.

Investigaciones punteras

El encuentro científico organizado por historiadores de la ULPGC, liderados por la catedrática de Prehistoria Amelia Rodríguez, y que concluyó este fin de semana, ha contado con la presencia de destacados investigadores procedentes de Cataluña, Cantabria, Alicante, Valencia, Euskadi, Galicia, Andalucía y Baleares, además de Canarias.

Uno de los investigadores más prestigiosos de nuestro país es el catedrático de la Universidad de Cádiz Darío Bernal Casasola, autor de numerosas investigaciones en el ámbito de la arqueomalacología. De hecho, es asesor del equipo que excava en el asentamiento de factura romana de producción de púrpura encontrado en Lobos.

Para el encuentro científico de Las Palmas, Darío Bernal expuso uno de sus últimos trabajos, “las evidencias del consumo de malacofauna en Tamuda (norte de Marruecos, junto a la ciudad de Tetuán)”. A través del estudio del contenido de las ánforas excavadas en yacimientos romanos de la antigua provincia de Mauritania, “en Tamuda se consumieron recursos marinos a lo largo de toda su cronosecuencia” –siglos II a.C. –V d.C.-. En el trabajo presentado, Bernal detalló “una selección de bivalvos y gasterópodos marinos que reflejan la importancia de los productos del mar para la dieta de la sociedad Mauritania, en un primer momento, y de las tropas militares acantonadas” en la zona. El equipo del arqueólogo gaditano encontró “hallazgos singulares como la identificación de Pinna nobilis y de restos de cetáceos”.

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