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Aplausos para despedir y honrar a Adán Martín

Una fotografía de colores cálidos preside la capilla ardiente de Adán Martín, instalada en Presidencia del Gobierno desde poco después de la una y media de la madrugada de este lunes. En ella aparece un Adán Martín alegre, con apariencia de dichoso. Se optó por esa opción para mantener el féretro cerrado y que la última visión del ex presidente del Ejecutivo no fuese la de un cuerpo marcado por una dura lucha contra un cáncer. Adán Martín, con su peculiar sonrisa, se despide así de sus ciudadanos, como si fuese un adiós mutuo.

Poco a poco, a partir de las diez y media de la noche de este domingo, fueron llegando a Presidencia vecinos, periodistas y miembros del Gobierno. Milagros Luis Brito, la responsable de Educación, fue la primera. El portavoz de CC en el Parlamento canario, José Miguel Barragán, el segundo. En la acera de enfrente, un grupo de vecinos aguantaba estoicamente el viento. Eran de la agrupación Agüere de CC, en La Laguna.

Poco antes de la medianoche ya se habían congregado en Presidencia cerca de trescientas personas, entre políticos y ciudadanos de a pie, casi todos con alguna vinculación bien con Coalición Canaria, bien directamente con Adán Martín. “Yo le tengo mucho que agradecer”, explicaba una mujer entre sollozos. “Hizo mucho por mí y por mis seis hijos”.

Miguel Zerolo y varios integrantes de su grupo municipal; el presidente del Comité Local de CC en Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez; el presidente del Parlamento, Antonio Castro; José Miguel González, María del Mar Julios, la presidenta del PSC, Lola Padrón, el vicepresidente del Gobierno, José Manuel Soria y la presidenta del PP en Tenerife, Cristina Tavío, se mezclaron con trabajadores de Presidencia y del propio Parlamento. Paulino Rivero con su esposa Ángela Mena encabezaban el comité de recepción.

Poco antes de la una de la madrugada todo el público hizo un amplio pasillo a ambos lados de entrada a Presidencia. Era la señal de que se acercaba la comitiva y se hizo un silencio triste. De un coche se bajó la viuda de Adán Martín, Pilar Parejo, que llegó acompañada por la diputada en el Congreso Ana Oramas y el ex presidente del Gobierno Manuel Hermoso.

Con Parejo viajaban sus dos hijos y los dos hijos de Adán Martín. También Fernando, el hermano de Adán, y su esposa Dulce Xerach. Cuando el féretro fue sacado del coche fúnebre, todos los presentes rompieron en aplausos.

La capilla ardiente, en el salón presidencial de la segunda planta, el mismo que sirvió para dar una recepción a los Reyes de España hace tres años, quedó abierta al público en torno a la una y media de la madrugada y así seguirá hasta las 14.00 horas de este lunes. A la derecha se colocaron los miembros del Gobierno. A la izquierda, la familia. Fernando Martín Menis, visiblemente abatido, y Dulce Xerach, más serena, recibían las condolencias de todos los que, de uno en uno, desfilaron por delante del ataúd. Pilar Parejo también se levantaba para recibir palabras de consuelo, pese a que parecía a punto de derrumbarse, encogida, destrozada, tristísima.

La capilla se tenía que haber instalado dos horas antes de acuerdo con el horario anunciado oficialmente. El avión que trajo sus restos mortales repostó en Málaga, pero en contra de lo previsto, no pudo aterrizar en el aeropuerto de Los Rodeos, que cierra a las once de la noche, sí o sí, por imperativo de los controladores aéreos.

De nada sirvieron las súplicas desde el mismo Ministerio de Fomento a Aena y de Aena a los controladores. Así que el vuelo tuvo que concluir en el aeropuerto Reina Sofía.

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