La transformación del balneario de Santa Cruz de Tenerife en centro de salud llega al Parlamento
El pleno del Parlamento de Canarias ha instado al Gobierno regional a que redacte el proyecto de rehabilitación del antiguo balneario de Santa Cruz de Tenerife como centro de salud para atender al distrito de Anaga y lo dote de una partida presupuestaria.
La Cámara se ha pronunciado en estos términos a través de una proposición no de ley promovida por el Grupo Nacionalista y defendida en el pleno por el alcalde de la capital tinerfeña, José Manuel Bermúdez (Coalición Canaria).
Este proyecto cuenta con partida específica en el proyecto de presupuestos de la Comunidad Autónoma para 2024 de 100.000 euros.
Bermúdez ha hecho hincapié en la importancia de este proyecto desde una doble perspectiva: la recuperación de un “edificio emblemático”, ejemplo de la arquitectura racionalista de los años 30 del siglo pasado y “vinculado a la memoria de muchos chicharreros”; y su utilidad como centro de salud y también sociosanitario.
Este centro de Atención Primaria daría cobertura a toda la zona que actualmente atiende la Casa del Mar.
El antiguo Balneario cerró en la década de los 90 del siglo pasado al quedarse sin acceso al mar por la ampliación del puerto y fue cedido por el Estado a la Comunidad Autónoma en 2013.
Rehabilitar el balneario, un tema recurrente
La petición de que el balneario sea convertido en centro de salud no es nueva. El inmueble lleva más de dos décadas en desuso y en todas las legislaturas, tanto del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife como del Gobierno canario, se pide para él un nuevo proyecto y se anuncia que se ha avanzado en esa dirección, sin que el edificio cambie en nada.
El propio Bermúdez ya protagonizó una petición similar a la actual en 2015, sin resultados. La actual presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, en su etapa como consejera de Hacienda del Gobierno canario, en 2016, se comprometió a llevar a cabo la rehabilitación del edificio, por un coste total de 3,5 millones.
En 2017 licitó la redacción de un proyecto para recuperar las instalaciones, que incluía una primera fase de consolidación del edificio, por un millón de euros, y luego otras para su rehabilitación total, que nunca llegaron.
Rosa Dávila se reunió con el entonces director general de Patrimonio, Arturo Cabrera; con el entonces concejal de Infraestructuras en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, José Alberto Díaz Estébanez (ahora de nuevo en el Ayuntamiento), y con miembros de la Plataforma de Defensa del Balneario y otros representantes del consistorio.
Sin embargo, nunca se rehabilitó el edificio, no se movió ni una piedra, y hoy, más de siete años después, prácticamente los mismos actores protagonizan las mismas peticiones que entonces en lo que parece ser un tema recurrente en la capital tinerfeña.
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