Bravo, José Miguel
“Feliz y contento del ejercicio de democracia”, dijo José Miguel Pérez antes de subirse al escenario proclamado como nuevo secretario general de los socialistas canarios. Ha sido reñido hasta el último momento. 133 votos para José Miguel Pérez frente a los 112 sacados por Manuel Marcos Pérez.
Pocos minutos antes de la medianoche, el resultado se transmitía de boca en boca. El portavoz del grupo parlamentario socialista, Santiago Pérez y claro partidario del candidato perdedor, se encogía de hombros. Otro tanto hacía Manuel Corrales, presidente de los socialistas tinerfeños. “Han sido determinantes los votos de Fuerteventura y Lanzarote”, decían unos y otros.
También se afirmaba que la “lacra” de Manuel Marcos Pérez era justamente, lo que tenía detrás: Santiago Pérez. El Congreso, sin embargo, arrancó con las posturas menos claras. Conforme avanzó la tarde, el ambiente se fue caldeando dentro de la sala del Auditorio de Santa Cruz de Tenerife, donde se celebró el Congreso extraordinario para elegir al nuevo “pope” del PSC hasta las elecciones generales de 2011.
Si por la mañana las apuestas eran favorables por poco al palmero Manuel Marcos Pérez, a la sazón de presidente del grupo socialista en el Parlamento de Canarias, conforme avanzó el Congreso, José Miguel Pérez, presidente del Cabildo de Gran Canaria, acortaba las distancias. 72 avales del primero frente a los 70 del segundo a las nueve de la noche. El golpe de timón dado por los delegados de Fuerteventura y Lanzarote a favor de José Miguel dejó la balanza casi equilibrada. Solo quedaba esperar al factor sorpresa.
Arcadio Díaz Tejera, que antes de iniciarse el Congreso renunció a su candidatura, se movía entre los asistentes pidiendo el voto para Manuel Marcos, como le habían sugerido que hiciera dentro del partido, entre otros, Santiago Pérez. El gesto le valió a Díaz Tejera 12 segundos de aplausos.
Los cercanos al aparato del partido no escondían el nerviosismo entre los dos candidatos que quedaban. Para terminar de poner el caldero al rojo vivo, el ministro de Fomento y vicesecretario del PSOE, José Blanco, hizo su aparición cuando no se le esperaba, ya que estaba invitado a clausurar el Congreso este domingo. Presentarse antes fue un gesto que se interpretó como el espaldarazo definitivo que necesitaba José Miguel Pérez para “comerse”, aunque fuese por décimas, a Manuel Marcos.
Cuando tras el ministro hizo su aparición Jerónimo Saavedra, el apoyo “oficialista” del partido al “oficialista” José Miguel fue más patente. Manuel Marcos ya no las tenía todas consigo, por eso echó los restos en su intervención, encendida, casi se atraganta, de poco más de 20 minutos.
“Mantener la ilusión, acrecentarla, para ganar en 2011”, enfatizó. “El secretario general que salga de este Congreso tendrá una enorme responsabilidad a sus espaldas”, ya que deberá sacar adelante, dijo, “un proyecto distinto y diferenciado es la clave para las elecciones del 2011. Si en 2007 era necesario ganar las elecciones, en 2011 lo es más aún”.
Las claves de los discursos de ambos se movieron en los mismos lugares comunes: empleo, juventud, vivienda. Los dos candidatos recalcaron la necesidad de unidad y de apoyo al secretario que sea elegido. Manuel Marcos Pérez pidió un gabinete técnico para asesorar a los compañeros “que compaginan su trabajo con su actividad política”.
Conforme más hablaba, más aplausos se llevaba el candidato palmero, socialista desde que tenía 19 años, y hasta arrancó risas (falta hacía) cuando se le agotaba el tiempo y echó de menos a Antonio Castro, presidente del Parlamento regional, “que seguro que me daba unos minutitos más”. La verdad es que logró poner a los delegados en pie, incluso a los partidarios del candidato grancanario.
Quizás sea un adelanto de lo que les espera a algunos de los que han integrado la comisión ejecutiva creada con López Aguilar, pero lo cierto es “los salientes” no tenían bocadillo de jamón, ni siquiera agua, cuando se bajaron de la tribuna de oradores tras los discursos de Leire Pajín y el que era todavía secretario general de los socialistas canarios. Pero eso sí, todos recalcaron que se había vivido una fiesta de “unidad y democracia”. Si hay o no puñaladas, ya se verá.