El CCN, contra el nepotismo
El presidente del Centro Canario-CCN y candidato de del Gobierno de Canarias, Ignacio González; y el ex presidente de la comunidad autónoma y candidato por Gran Canaria, Lorenzo Olarte; han puesto sobre la mesa un código ético y una ley antinepotismo para acabar de una vez por todas con los amiguismos, enchufismos y cuñadísimos que existen en las instituciones públicas canarias.
González y Olarte consideraron “escandaloso y vergonzoso que la mitad del Gobierno canario sea pariente de la otra mitad y que primen los lazos familiares antes que la auténtica cualificación de los cargos públicos. Es bochornoso que se repartan el Gobierno, los cabildos y los ayuntamientos entre unos pocos”.
“Esta situación produce alarma social en Canarias que necesita una respuesta urgente tanto política como jurídica”, señaló Ignacio González, que recordó que él fue el que sacó adelante la primera ley de incompatibilidades de cargos públicos en Canarias cuando ocupó la titularidad en de Presidencia del Ejecutivo regional.
González entiende que hay que profesionalizar la Administración pública para acabar con los amiguismos en los nombramientos. “Proponemos que los secretarios generales técnicos sean elegidos entre los jefes de servicio y que no sean puestos de confianza política como hasta ahora. También queremos que se limite el número de concejales como se limitan en el Gobierno de canarias a diez consejeros como mucho”.
Olarte habló de la ley contra el nepotismo que propone el CCN “para que los miembros del Gobierno no puedan designar a sus cónyuges, parejas de hecho, hermanos o cuñados. Pedimos que se apruebe esta ley y que entre en vigor el mismo día de su publicación para que cesen de inmediato los afectados”. González y Olarte pusieron como ejemplo de nepotismo a los parientes de Adán Martín, José Manuel Soria, Paulino Rivero y José Carlos Mauricio, “que ocupan o han ocupado altos cargos en Canarias”.
Ambos abogaron por las listas abiertas, como se hace actualmente en el Senado y culparon a CC y PP de taparse sus vergüenzas y casos de corrupción mediante un pacto parlamentario, concretamente en los casos eólico y Amorós.