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Una playa doble para evitar el oleaje en San Andrés

El Ministerio de Fomento apunta en el estudio elaborado para determinar el origen y soluciones a las cíclicas inundaciones que sufre el barrio de San Andrés en Santa Cruz por la fuerza del oleaje que la mejor alternativa es construir una playa doble a lo largo de la avenida y un dique discontinuo.

De las nueve soluciones estudiadas se considera que ésta es la que presentar un mejor comportamiento “logrando minimizar sustancialmente la agitación del oleaje frente a la costa, ya que la rotura de esta bahía artificial permite que los patrones del oleaje se disipen y presenten una reducción de su fuerza”. Para los redactores del estudio “definitivamente esta alternativa puede llegar a ser muy atractiva, ya que permitiría añadir una playa urbana a la zona de San Andrés”, indican los técnicos que redactaron el informe que en la actualidad permanece en información pública en la sede de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz.

El documento concluye que la posible construcción de una Marina deportiva junto a la Zona Especial de Conservación (ZEC) del puerto en la Dársena Pesquera también ayudará a solventar estos problemas que causan numerosos daños tanto materiales como económicos en el pueblo. En concreto, la construcción del puerto deportivo podría llegar a reducir hasta en casi medio metro la altura de las olas. Esta obra tiene un presupuesto estimado de 55 millones de euros y fue objeto de una concesión otorgada en el año 1997 a la empresa Parque Marítimo Anaga SA. Sin embargo, posteriormente su ejecución se ha ido retrasando ya que a los cambios que ha experimentado el proyecto original se ha sumado también la intervención judicial de Fórum Filatélico que ostentaba el 50% de las acciones desde el año 2004.

Impacto ambiental

En el estudio elaborado junto con el informe de impacto ambiental de esta Marina se apunta que las inundaciones se manifiestan cuando se presentan las pleamares vivas, sobre las cuales, el oleaje logra superar el muro del paseo, encumbra la escollera de protección, inunda el camino de rodadura de vehículos urbanos, e incluso llega a interactuar destructivamente con las casas, edificios y demás infraestructuras costeras.

El último sucesos de éstas características registrado en San Andrés, tuvieron lugar el día 30 de agosto del 2011, coincidiendo con las mareas vivas. “La ocurrencia de este tipo de eventos, conlleva grandes pérdidas económicas, pudiendo incluso comprometer la integridad de vidas humanas, ya que se presenta de forma súbita, y parece ser, responde a una conjunción óptima de los distintos forzamientos que interactúan dentro del sistema oleaje-nivel del mar, influidos por los contornos batimétricos, costeros y portuarios adyacentes de la zona”, se indica en el estudio.

Incluso, se ha llegado a barajar la posibilidad de que su origen se sitúe en una posible influencia de las tormentas tropicales ecuatoriales que se generan en la franja Norte-tropical del Océano Atlántico. Los responsables del estudio apuntan que estas inundaciones parece que responden a una fenomenología hidráulica muy local, prácticamente limitada a la zona de San Andrés, ya que se ha observado que ni siquiera afecta a la cercana playa de Las Teresitas.

A los estudiosos les llamó la atención que existan edificaciones en el barrio que se han mantenido inalteradas a lo largo de los años y que no parece que hayan sufrido de manera importante las consecuencias de este tipo de eventos como es el castillo de San Ándrés. La torre se derrumbó parcialmente hace varias décadas pero ello fue debido a un desbordamiento del barranco y no por estas inundaciones.

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