Los fallos en la red eléctrica, y no un rayo, causaron el apagón de Tenerife

El apagón total que se produjo el 26 de marzo en Tenerife se originó a partir de un rayo que cayó sobre una línea eléctrica, pero fueron las deficiencias en el sistema eléctrico las que llevaron a la interrupción total del suministro, según explicó este miércoles el consejero de e Empleo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, Jorge Rodríguez.

El consejero anunció que su departamento ha abierto un expediente sancionador a Endesa Distribución por infracción muy grave, y avanzó que una comisión de investigación formada por Endesa, Red Eléctrica y la Consejería se constituyó inmediatamente después del apagón y seguirá trabajando hasta que se corrijan las deficiencias detectadas.

El apagón se produjo a las 12.40 horas del 26 de marzo, un día de tormenta con fuerte aparato eléctrico, y el suministro quedó restablecido al 50 por ciento a las 17.00 horas y al cien por cien a las 20.52 horas.

La caída de un rayo sobre una línea de 66 kilovoltios provocó un cortocircuito y los parámetros de protección programados en la subestación Arico 2 no funcionaron correctamente.

Eso provocó otro fallo en la cadena, de manera que se dispararon los grupos de la central térmica de Candelaria.

Ante esta pérdida de potencia, la red está programada para desconexiones selectivas, pero los relés de deslastre no funcionaron bien en un 40%, de manera que faltaron 19 megavatios para equilibrar el sistema y se produjo la desconexión total.

El consejero explicó que hubo también dificultades en la reposición, fundamentalmente porque se tardó en localizar el origen del incidente y hubo que verificar que la línea afectada por el rayo no estaba rota.

La comisión constituida entre Endesa, REE y la Consejería va a realizar una auditoría integral de las redes de protección y transporte para detectar otras anomalías, replantear los parámetros de las nuevas instalaciones, que son las que están fallando, revisar los grupos generadores para que no se disparen tan fácilmente, rediseñar los planes de deslastre y mejorar los planes de reposición.

También es preciso incrementar el control de las instalaciones fotovoltaicas privadas y obligarlas a una cuota de responsabilidad en el suministro, ya que se desconectaron “ellas solitas”.

El consejero dijo que sin la central de Granadilla la reposición no hubiera sido posible hasta el día siguiente y que si las líneas hubieran estado soterradas se habría demorado más la conexión.

La diputada del PSOE Francisca Luengo corroboró que el apagón no fue por “fuerza mayor”, sino por una “disfunción clarísima” y un fallo en todos los niveles de protección de la red.

La Consejería es la que debe vigilar para que estos sistemas funcionen, dijo la diputada, y señaló que deben hacerse ahora los controles que no se hicieron antes para que no se repitan situaciones semejantes en que toda una isla queda sin suministro.

Respecto a la reposición, consideró que difícilmente se justifica que tardara tanto cuando no hubo daños en ningún cable.

La diputada se mostró satisfecha con las explicaciones del consejero y confió en que a partir de ahora se actúe en la prevención para que no vuelva a ocurrir.

El diputado del PP Manuel Fernández coincidió en que no hubo “fuerza mayor” y que el apagón se pudo evitar, pero precisó que apagones totales han ocurrido en muchos otros lugares, como Italia y Nueva York.

Manuel Fernández reclamó una tercera central eléctrica en la isla para que no vuelva a ocurrir un apagón así, y reprochó a los socialistas que pidan el cierre de la central de Granadilla, cuando se ha demostrado en este apagón su importancia.

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