Un icono en la gaveta
Una de las gavetas de las Casas Consistoriales de Las Palmas de Gran Canaria guarda el esbozo de un proyecto que estaba llamado a convertirse en emblema de la capital. Vendido a bombo y platillo en el verano de 2009, la noria de grandes dimensiones que una empresa quería instalar en el parque Santa Catalina quedó relegada al olvido, como otras iniciativas para la ciudad que nunca llegaron a buen puerto.
De ese lugar quiere rescatarlo Nardy Barrios, la más firme defensora e impulsora del proyecto, que ha anunciado a CANARIAS AHORA que su partido, Compromiso por Gran Canaria, intentará retomar la propuesta, incluyéndola en su programa para las elecciones municipales en 2011.
“Era una idea estupenda, sin coste económico para la ciudad, y una oportunidad para dinamizar y revitalizar la zona”, defiende la edil. El proyecto, que preveía la instalación de una noria de unos 60 metros de altura en la trasera del Museo Elder de la capital grancanaria, se paralizó por las condiciones exigidas por la promotora, World Tourist Attraction (WTA), que el grupo de gobierno consideró ''abusivas“.
Fuentes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria señalan que el modelo de contrato que elevó Nardy Barrios al consistorio era inasumible en varios de sus términos, como el de la cesión gratuita del suelo por un tiempo ilimitado o la explotación sin licencias de un bar en la base de la atracción, además de tener que asumir el coste del traslado de la noria desde la península.
Así, consideran escasas las posibilidades de rescatar el proyecto, al menos con las cláusulas que pretendía imponer la empresa, especializada en montar este tipo de instalaciones en todo el mundo.
Nardy Barrios denuncia que el grupo socialista no buscó alternativas a este escollo y que, tras la ''oposición'' del alcalde, Jerónimo Saavedra, “la empresa se cansó y se marchó”.
Las discrepancias entre los entonces socios de gobierno, PSC y Compromiso, no se limitaron a cuestiones procedimentales en la contratación.
El emplazamiento de la noria también suscitó polémica entre Barrios, que era edil de Fomento, y Roque Díaz, concejal de Carnavales, que abogaba por ubicarla en la zona del intercambiador de Guaguas para evitar que incidiera en la celebración de fiestas como el Womad o los propios carnavales.
''Sin clichés ideológicos''
Según Ángel Sabroso, concejal del PP en el Ayuntamiento, la noria evidenció “las guerras de un grupo que era incapaz de ponerse de acuerdo y que frustró las expectativas que se habían generado con el proyecto”.
Sabroso no descarta abrir un debate en un futuro sobre la conveniencia de recuperar la propuesta. “Es una idea interesante, no nos negamos a que pueda existir, no nos dejamos llevar por clichés ideológicos, pero tenemos claro que no es la solución a los problemas de la zona”, señala el concejal, que cree que el Ayuntamiento “dejó morir el proyecto por inacción”.
Por su parte, Francis Candil, presidente de la asamblea local de Nueva Canarias, vuelca la responsabilidad de “los incumplimientos” en Nardy Barrios, a quien acusa de “tratar de adjudicar a dedo, sin una reflexión seria, como un disparate más”.
Candil apuesta por otras alternativas para la zona, que pasan, a su juicio, “por colocar en su justo lugar a los cruceristas”. “No puede ser que seamos el cuarto puerto de la zona en cuanto a tráfico de cruceros, por detrás de Madeira, Tenerife y Lanzarote”, denuncia el presidente de NC en Las Palmas de Gran Canaria, que defiende la necesidad de realizar un estudio pormenorizado sobre los cruceristas y de trabajar concienzudamente con las navieras.