El Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife celebra su mayoría de edad con cambios en su exposición permanente
SANTA CRUZ DE TENERIFE, 11 (EUROPA PRESS)
El Cabildo de Tenerife ha celebrado el décimo octavo cumpleaños del Museo de la Ciencia y el Cosmos con un acto en el que se ha hecho un balance de su trayectoria desde su puesta en funcionamiento --en el año 1993 por iniciativa de la Corporación insular y del Instituto de Astrofísica de Canarias-- y en el que también se ha ofrecido al público actividades relacionadas con el ingeniero canario Agustín de Betancourt con el anuncio además de que en unos meses habrá nuevos módulos en su exposición permanente.
En el acto ha estado presente el consejero insular de Museos, Francisco García-Talavera, quien ha recordado la figura del ex presidente del Gobierno regional y del Cabildo de Tenerife, ya fallecido, Adán Martín, quien fue el precursor de este espacio museístico, y apostó por su creación y puesta en marcha, según se ha informado en un comunicado de prensa de la Institución insular.
También ha estado presente el director del Instituto de Astrofísica de Canarias, Francisco Sánchez, quien también recordó al ex mandatario insular; así como la directora del Museo, Carmen del Puerto, quien en su intervención ha anunciado que en unos meses se ampliará la exposición permanente del recinto con nuevos módulos.
De igual modo, asistieron representantes de diferentes sectores de la Cultura y las ciencias de la Isla, así como personas altamente vinculadas con el ingeniero Agustín de Betancourt. La celebración también consistió en una demostración del funcionamiento de los telégrafos ópticos.
Este show estuvo precedido de la presentación de un cómic sobre Agustín de Betancourt, un proyecto que ha contado con financiación de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información y que se distribuirá por todos los centros escolares de las Islas. El Museo regala al público que lo visite a lo largo del día de hoy un ejemplar de este cómic y un recortable para niños que reproduce el funcionamiento de los telégrafos ópticos.
UN PERSONAJE DE CÓMIC
En 1978, científicos rusos descubrieron entre Marte y Júpiter un asteroide de unos 10 kilómetros de diámetro. Fue bautizado con el nombre de 'Betankur', el primer objeto de nuestro sistema solar que rendía tributo a un canario. ¿Quién fue Agustín de Betancourt? ¿Por qué es tan importante para los científicos rusos? El cómic del Museo de la Ciencia y el Cosmos, con guión del técnico de Planetario Rubén Naveros e ilustraciones del pintor artístico Luis Eduardo Fierro, invita a descubrir a uno de los creadores de la ingeniería moderna para el que no existieron fronteras intelectuales ni tampoco físicas. Nadie mejor que Betancourt para celebrar también el año 2011: el año de España en Rusia y de Rusia en España.
Dirigido a los más jóvenes, este cómic resume, con las licencias creativas necesarias, la vida y principales obras de Agustín de Betancourt, sin olvidar el momento histórico que sufrió el mundo en esos años y Canarias en particular: Revolución Francesa, Primera Revolución Industrial, Guerra de la Independencia Española, ataque de Nelson a Santa Cruz de Tenerife... Para ello, tratando de ser lo más fieles posibles a su historia, gran parte de los textos en boca de Agustín de Betancourt han sido extraídos de las cartas que escribió a su familia. El cómic también cuenta con artículos de Juan Cullen, autor de La familia de Agustín de Betancourt y Molina. Correspondencia íntima, y de Amílcar Martín, autor de una biografía didáctica sobre Agustín de Betancourt.
EL “UNIVERSO” DE BETANCOURT
En noviembre de 2008, coincidiendo con el 250 aniversario del nacimiento en el Puerto de la Cruz de Agustín de Betancourt y Molina (Tenerife, 1758 - San Petersburgo, 1824), el Museo de la Ciencia y el Cosmos se comprometió a rendir un homenaje permanente a tan ilustre ingeniero. Ya entonces, el Museo bautizó con su nombre su plaza exterior, en la que se encuentra instalada en su honor una obra escultórica del artista Gotzon Cañada y con voz del escritor y periodista Mariano Vega.
También para su ubicación en dicha plaza se construyeron, bajo la coordinación del técnico del Museo Manuel Trujillo, dos réplicas del telégrafo óptico que Betancourt, en colaboración con el relojero francés Louis Breguet, diseñó para la comunicación desde distintos puntos a finales del siglo XVIII. Máquinas del pasado compartirían así un espacio con máquinas del presente y del futuro en torno a las comunicaciones, pues la plaza del Museo es ahora zona Wi-Fi, con un mobiliario que invita a conectarse a Internet de forma gratuita. También desde la plaza, se intentó elevar un espectacular globo aerostático, como hizo el ingeniero canario hace más de dos siglos.
UNA REFLEXIÓN CRÍTICA
Cuando miramos al pasado, intentando recordar todo lo ocurrido, la mente selecciona con qué nos quedamos, pues el “almacén” tiene un límite. Esto sucede con vivencias personales, pero cuando se trata de la trayectoria de un centro como el Museo de la Ciencia y el Cosmos, la tarea se complica. Si de algo puede sentirse orgulloso este museo es de la frenética actividad que ha desarrollado en dieciocho años de vida. Además, para hacer este balance no existe una definición concreta, ni sintetizada, sino que habría que describir una por una todas las actividades que el Museo ha desarrollado y abordado desde muy diferentes disciplinas.
Por otro lado, cuando se cumplen años, no sólo se hace balance de lo que se ha vivido, sino de todo lo que queda por hacer. En el caso del Museo, tener sobre sus cimientos una experiencia de casi dos décadas de divulgación le hace afrontar el futuro con cierta madurez y crítica, comprendiendo la realidad y las necesidades de los usuarios, su público. Porque con el Museo de la Ciencia y el Cosmos han crecido miles de personas que demandan una enseñanza no formal de calidad, que utilizan el cine los domingos para aprender ciencia de otra forma, que celebran los cumpleaños de sus hijos o una acampada en familia los fines de semana, que asisten a conferencias de divulgación de prestigiosos científicos o que participan masivamente en todas las actividades que desde el Museo se proponen.
Son estas personas las que han ido dando forma a nuestras vivencias, las que han ido creando espacios de debate científico, las que han ido configurando, con sus necesidades, nuestro perfil. Con ellas, seguiremos creciendo.