Diez nubarrones sobre Las Teresitas
La playa de Las Teresitas se ha convertido en un campo judicial minado en el que cualquier paso que se dé puede tener inesperadas y fatales consecuencias. Esto lo han probado en carnes propias varios de los anteriores responsables del Ayuntamiento que permanecen imputados o incluso ya acusados por distintos casos relacionados con esta playa. Además, para realizar cualquier actuación en este ámbito no basta con un proyecto o buenas intenciones sino que deberá realizarse todo un plan especial, de rango superior al Plan General.
1-Kioscos. El desconocimiento del alcalde, José Manuel Bermúdez, y su equipo sobre la situación de los kioscos de Las Teresitas es bastante desconcertante, tanto si es real como aparente. Al actual alcalde le hubiese bastado con hablar con su antecesor, Miguel Zerolo para que le informara que en 2006, cuando se pensaba ejecutar el proyecto del arquitecto francés, Dominique Perrault, el Ayuntamiento se mostró proclive a encontrar alguna fórmula para permitir que los kiosqueros siguieran al frente de estos negocios. Entonces se consideraban que a parte de los títulos que tenían en su poder también disponían de derechos adquiridos tras cuarenta años de estar trabajando en la playa. Eso sí los actuales kioscos iban a ser sustituidos por otros mucho más vanguardistas diseñados por Perrault, hechos con acero cortex, un material que en aquel entonces se consideró que tal vez no era el más adecuado para aguantar las altas temperaturas que en verano se registran en la playa. Como al final iban a estar distribuidos por toda la superficie que actualmente ocupan los aparcamientos se podrían otorgar más concesiones a otros propietarios.
2-Costas. El control de Costas sobre estos establecimientos es tal que cíclicamente se imponen multas incluso por poner sillas y mesas en la arena. El Ayuntamiento sólo se puede ocupar de dar licencias de apertura, vigilar cuestiones sobre su salubridad o cobrar impuestos, lo que al parecer no ha hecho. Y no tanto porque se hayan negado los propietarios sino por propia dejadez de la Corporación local. Por lo tanto, el Ayuntamiento se ve bastante limiado para decidir sobre la desaparición o conservación de estas instalaciones. La ley de Costas las ampara totalmente siempre y cuando adapten sus dimensiones y estética. Algunos empresarios alegan que el organismo estatal les otorgó en 1986 de una concesión en precario durante 99 años. El único kiosco que estaba totalmente en terreno municipal fue derribado en 2006 con la excusa de que se iba a ejecutar el proyecto de Perrault.
3-Paseo. En cuanto a las obras que se piensan ejecutar en la playa también el desconcierto parece asaltar a cualquier persona que lea las declaraciones que desde hace un año se vienen publicando. Si el famoso paseo que Bermúdez quiere construir pasa por terrenos de Costas resulta extraño que ni siquiera se le haya informado al organismo estatal que será el que tenga la última palabra. Otra posibilidad es que discurra por la actual carretera con la consiguiente desaparición de varios cientos de plazas de aparcamientos lo que a su vez puede servir como excusa para evitar el derribo de la planta subterránea del mamotreto que la Fiscalía considera tan ilegal como el resto del edificio.
4-Defensa. La batería militar de San Andrés forma parte de los terrenos que en su momento la Junta vendió a ILT y ésta a su vez hizo lo propio al Ayuntamiento. Se suponía que aquí se iba a construir un hotel diseñado por Perrault. Sin embargo, el Ejército ha venido denunciando de forma reiterada en los tribunales que la venta se llevó a cabo sin contar con su permiso. En primera instancia se le ha dado la razón pero al final el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) instó al Ministerio de Defensa para que reclamara a la Junta y no al Ayuntamiento. Curiosamente, esta entidad está ahora formada por la Corporación local, ILT y Mapfre, con lo cual de una forma u otra Santa Cruz puede verse obligada a tener que desembolsar más dinero a causa del embrollo que siempre ha rodeado a Las Teresitas.
5-Arena. Desde que se construyó la playa artificial con arena rubia cíclicamente Costas se ha visto obligada a reponer los áridos dado que la fuerza del viento hace que vaya desapareciendo de esta parte del litoral. La primera ocasión fue en 1970 cuando se trajeron 5 millones de sacos del Sáhara. En 1995 la intención era traerla de Maspalomas pero fue tal la polémica que se originó que finalmente la cuestión llegó al Parlamento canario donde se aprobó una propuesta para que a partir de ese momento la extracción de la arena se llevara a cabo en la costa del Sáhara. Por ello, en 1996 se trajeron desde este punto 150 toneladas. En la discusión que se abrió en aquella época se mezclaron cuestiones del pleito insular con las elecciones locales en la participaron los propios socios de gobierno de San Bartolomé de Tirajana, José Juan Santana de CC y Francisco Araña del Toro de AV. Mientras el primero estaba encantado de regalar la arena a Tenerife el segundo se negó en rotundo. Durante años la cuestión protagonizó un debate casi diario en la prensa en la que participaron especialistas, algunos de ellos inesperados, que hablaban sobre la fuerza del viento, la regeneración de los áridos, los bancos de arena y los efectos que las construcciones turísticas habían tenido sobre el litoral del sur de Gran Canaria. Cualquier persona que durante estas fechas se acerque a Las Teresitas podrá apreciar que ya comienzan de nuevo a aparecer piedras en la orilla con lo cual no es extraño que Costas se vea obligada a planificar la regeneración de la arena a medio plazo.
6-Deslinde. En 2009 después de numerosos intentos Costas fijó el dominio público en Las Teresitas, uno de los más controvertidos de toda España, tal y como se reconocía desde el organismo estatal. A partir de aquí se han presentado ya hasta seis recursos que a su paso por la Audiencia Nacional han sido rechazados. No obstante aún falta una sentencia firme que ratifique esta delimitación. Por ello, no es descartable que Costas prefiera esperar a que el Supremo se pronuncie antes de proceder a aprobar unas obras que al final podrían verse modificadas y dar lugar a otro embrollo jurídico más.
7-Montaña Morera. Una veintena de vecinos conocidos como los extranjeros la mayoría de los cuales llevan residiendo en la trasera de Las Teresitas desde hace casi cincuenta años se vieron en el año 1998 con la desagradable sorpresa de que sus terrenos habían sido vendidos por la Junta de Las Teresitas a ILT y las casas desaparecían del Registro de la Propiedad. En 2007 ganaron una sentencia que obligaba a que todo el proceso volviera al principio para que pudieran mostrar su oposición a la venta por parte de la Junta en la que ni siquiera estaban integrados. Ahora la solución que plantea Urbanismo es que se reúna esta entidad con los vecinos como invitados para que o bien acepten una indemnización o bien le sean restituidas sus propiedades tal y como exigen.En teoría el encuentro debe celebrarse en un plazo breve de tiempo aunque se enfrenta a un pequeño inconveniente. Los directivos de la Junta, cuyos cargos ya han caducado y se encuentran imputados por apropiación indebida, se han negado a reunirse con los vecinos.
8-Las Huertas. Un expolio reconocido incluso por Urbanismo en el que se han visto involucrados un centenar de pequeños propietarios de la trasera de Las Teresitas cuyos terrenos pasaron a manos ajenas sin recibir dinero a cambio o por unas cantidades mínimas en el mejor de los casos. El suelo fue reclasificado de agrícola a turístico para finalmente convertirse en residencial. En estos momentos Urbanismo mantiene paralizadas las obras que son financiadas por la empresa Desurcic integrada por Mapfre e ILT. Los nuevos propietarios incluso han exigido el desalojo de los antiguos dueños que desde hace años vigilan a pleno sol que las palas no entren en sus terrenos. Las imágenes de estos vecinos enfrentándose a las máquinas saltó a todos los medios de comunicación nacionales en el año 2008.
9-San Andrés. El tramo de costa que se sitúa frente al pueblo es otro de los melones abiertos por Bermúdez. En su momento la posible convocatoria de un concurso de ideas hizo que salieran a bailar los demonios familiares de los socialistas chicharreros. Las obras que se han realizado hasta ahora resultan inútiles y la única solución es construir una escollera parecida a la que se sitúa frente a la playa. En este punto se pensaba llevar a cabo un puerto deportivo que al final acabó encallado en el copioso sumario del caso Fórum Filatélico.
10-Mamotreto. Reivindicado por algunos como una obra maestra de la arquitectura contemporánea, ha dado lugar al proceso judicial cuya resolución dentro de todo este entramado parece que será más o menos inminente. En estos momentos está pendiente de celebrarse el juicio que sentará en el banquillo a cuatro ex concejales de CC y a tres técnicos. El macro aparcamiento y centro comercial se construyó, según la Fiscalía sin contar con autorización, sin firmarse el convenio de Costas e infringiendo todas las normas urbanísticas en vigor y las que luego serian aplicables. Desde la paralización de las obras en 2008 el Ayuntamiento debe abonar cada mes 30.000 euros en su mantenimiento. Cuando caiga, si efectivamente así ocurre, la imagen será parecida al derribo de los gigantescos monumentos dedicados a las figuras de los líderes comunistas. Pero en este caso simbolizará la desaparición de la época protagonizada por Zerolo y su particular forma de gestionar lo público.