El PP estudia proponer la prohibición legal de los videojuegos en los colegios
El PP de Canarias estudia proponer la prohibición legal de los videojuegos en los colegios y considera “un despropósito la decisión unilateral del Gobierno de Canarias de impulsar contra viento y marea una liga escolar” de videojuegos deportivos. El proyecto del ejecutivo regional, recuerdan los populares, supondrá una inversión de 200.000 euros que se utilizarán en organizar una liga de este tipo de juegos en una veintena de centros educativos.
El secretario general de los populares canarios, Asier Antona, señaló que el Ejecutivo regional insiste en seguir adelante con este proyecto a pesar de la opinión en contra del Consejo Escolar, asociaciones de padres de alumnos, profesionales de la docencia y de la salud y todos los grupos del Parlamento de Canarias excepto CC. Ese empeño “pone bajo sospecha” lo que “se esconde realmente” tras el interés en promocionar en los colegios una actividad que, según advierte la Organización Mundial de la Salud, puede generar trastornos mentales por adicción, indica Antona.
El PP indica que se plantea presentar una proposición para modificar la Ley Canaria de Educación no Universitaria e impedir el fomento de los videojuegos de deportes en los colegios e institutos canarios, y evitar así que el ejecutivo destine el dinero público para estos fines, en lugar de dirigirlo a mejorar la calidad del sistema educativo canario.
Según los planes del Gobierno de Canarias, los centros que participen en la liga de videojuegos recibirán 6.500 euros y los profesores coordinadores cobrarán 3.200 en el trimestre que dure la competición, a razón de seis horas semanales, denuncia el PP, cuando en las islas se han reducido en cuatro horas mensuales la formación en materias como la física en el bachillerato.
La preocupante situación del sistema educativo de Canarias, a la cola del país según el último informe PISA, y el bajo rendimiento de los centros superiores de educación, no se solucionan introduciendo los videojuegos en las aulas, argumenta Asier Antona.