Rivero coge oxígeno

Coalición Canaria y su máximo representante, Paulino Rivero, han cogido aire en los últimos meses. De ser unos secuestrados por el Partido Popular y por el propio José Manuel Soria, los acontecimientos en la política nacional han permito a Rivero poder plantarles cara y, lo que es más importante, ganar varios de los pulsos que el líder de los conservadores le ha echado dentro y fuera del Gobierno.

La última batalla de esta guerra no tan soterrada que están manteniendo las dos cabezas visibles del Gobierno canario la ha ganado Rivero sin ninguna duda. El blindaje de las agencias de Innovación y Desarrollo Sostenible y Cambio Climático frente a las pretensiones de Soria de acabar con ellas ha hecho que éste deba agachar las orejas frente a la demostración de fuerza de Rivero.

Con todo, Rivero no quiere romper el pacto con Soria y quiere ser el primer presidente del Gobierno en pasar a la historia acabando la legislatura con el mismo equipo de gobierno con el que la comenzó.

Lo que buscan el presidente y los nacionalistas es zafarse del yugo al que le tenía sometido el PP, consciente de que CC no pactaría nunca con el PSC de la era López Aguilar. Ahora, Rivero tiene dos cartas en la mano, y puede jugar con las dos, no solamente con una, que era la que beneficiaba a Soria.

Sin embargo, CC no quiere romper. Busca hacer ver a Soria que ya no es imprescindible. No quiere convertir al vicepresidente en un mártir a tan poco tiempo para las elecciones autonómicas, expulsado del Gobierno y con la capacidad de vender el mensaje de que los nacionalistas le echaron porque no querían aplicar los planes de austeridad recetados por el líder del PP.

“Si Soria se quiere ir, que se vaya él solito con sus consecuencias, que ya nos encargaremos de demostrar que lo ha hecho para no tener que afrontar los Presupuestos más difíciles de la historia de Canarias porque no sabe cómo hacerlo, pero desde luego no lo vamos a convertir en un mártir”, ha asegurado un destacado dirigente nacionalista.

Y así están las cosas. Uno no se quiere ir, quiere que lo echen, y el otro no quiere echarlo, sino que se vaya. Por lo tanto, el Gobierno va a continuar, aunque con tensiones internas cada vez más fuertes que le restarán operatividad en la política directa.

Desde CC se resume perfectamente. “Siempre hemos dicho que lo vital para Canarias es poder entendernos con el Gobierno del Estado con independencia de con quien gobernemos aquí, y en esta legislatura, hasta ahora y por las circunstancias ya sabidas, no se pudo hacer”.

La geometría variable del presidente José Luis Rodríguez Zapatero en las Cortes, la crisis económica y las medidas a adoptar para combatirlas han vuelto a poner a CC en una “situación de fortaleza privilegiada”, como reconocen varios dirigentes nacionalistas.

Presupuestos de 2011

CC vuelve a “ser vital” para aprobar los Presupuestos de 2011 y evitar que el presidente del Gobierno central convoque elecciones anticipadas, que es el peor escenario para los nacionalistas si los comicios coincidieran con los autonómicos y locales del próximo mes de mayo.

Evidentemente, esta recuperación de músculo por parte de CC no ha gustado nada a Soria, que está viendo como los nacionalistas canarios están destrozando la estrategia de Mariano Rajoy para llegar a La Moncloa el próximo año y, por ende, las posibilidades del PP canario de hacerse con la Presidencia del Ejecutivo regional dentro de 10 meses.

Mientras el PP intenta noquear a Zapatero, CC le da oxígeno y vendas, lo que exaspera a Soria, que ha venido filtrando convenientemente, según aseguran los propios nacionalistas, informaciones presupuestarias que dejan en mal lugar tanto al presidente como a las consejerías que gestionan los nacionalistas.

Éstos han contraatacado oportunamente haciendo lo propio con los gastos suntuarios en vicepresidencia y el sistema de contrataciones de la Consejería de Turismo.

Pero hubo una filtración que fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Rivero. Los gastos de representación en la ropa que lució la esposa del presidente, Ángela Mena, en un acto público.

Quienes conocen a Rivero saben que ni olvida ni perdona los ataques personales: Y el caso de la peineta lo considera una confrontación personal impulsada por Soria.

Según varios dirigentes de CC, en ese momento el vicepresidente cavó su propia fosa.

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