Jesuman: de una ambiciosa expansión a una presunta estafa

Jesuman

Saúl García

Santa Cruz de Tenerife —

Jesús Hernández Guzmán, fundador del Grupo Jesuman, falleció en diciembre de 2009 a los 88 años. Salió de la nada y acabó montando un imperio de alimentación. Su grupo de empresas era, y es, líder del sector en Canarias, ocupa la mitad de la cuota de mercado en la provincia de Santa Cruz y es uno de los primeros en facturación en las Islas.

Jesuman nació en 1976. Sus oficinas están en la calle que lleva el nombre de su fundador, en Santa Cruz de Tenerife. Tiene más de cincuenta establecimientos, 1.500 empleados y agrupa a tres marcas de supermercados: Hiper Trébol, Alteza y La Hucha, más las tiendas Cash and Carry. Además ha creado cinco marcas blancas que produce, distribuye y vende: Mi Niño, Tamarindo, R-50, Arcon Natura y Mar Terra. Está entre las treinta empresas de Canarias con más beneficios. En 2010, por ejemplo, obtuvo un resultado de más de once millones de euros. “Es un monstruo”, resume un ex colaborador del Grupo.

Diego Afonso, el entonces alcalde de Icod de los vinos, el pueblo natal de Jesús Hernández, se deshizo en alabanzas hacia el empresario, del que dijo que fue “un ejemplo de cómo se tiene que pasar por la vida” y lo calificó como “un personaje singular y único que será ejemplo para muchas generaciones”. Don Jesús había sido nombrado Hijo Predilecto de su pueblo y también Hijo Predilecto de Tenerife por el Cabildo Insular por su trayectoria empresarial y su espíritu solidario. Ricardo Melchior tampoco ahorró elogios para él: “Lejos de capitalizar para sí el éxito financiero de todos estos años, que hubiese sido legítimo, ha dejado muestras de una generosidad con los menos favorecidos que no tiene parangón”. Era un hombre profundamente religioso que, además de donar el 0,7% de los beneficios de sus empresas a obras benéficas, impulsó dos casas de acogida en Tenerife y obras de infraestructura en Guinea Ecuatorial o en Guatemala. Se calcula que donó a este tipo de obras más de seis millones de euros.

Casi cinco años después, la actualidad del Grupo Jesuman es muy distinta. Hoy es noticia por otros motivos. Juan Jesús, José Manuel y José Ignacio, hijos del fundador y herederos de la empresa, están unidos sólo en el hecho de su imputación por una presunta estafa de más de nueve millones de euros por el desembarco del Grupo en Gran Canaria a través de los supermercados Cerca. Sus diferencias se dirimen en sede judicial. No hay defensa conjunta y cada hermano tiene su propio abogado. José Ignacio, el hermano pequeño y administrador único, deriva la responsabilidad hacia Iván, su sobrino, también imputado e hijo de José Manuel, y estos dos últimos le culpan a él de tomar todas las decisiones. José Manuel ha solicitado una Junta General extraordinaria para pedir la valoración de la empresa, las deudas y las mercantiles vinculadas al Grupo. Parece que su intención es desvincularse de Jesuman.

La expansión

La expansión del grupo a la provincia oriental es la causa, la consecuencia, o ambas cosas, de estas diferencias familiares y empresariales que han acabado en los tribunales. El proyecto era muy ambicioso y no se limitaba sólo a abrir tiendas en la isla de Gran Canaria. Iba mucho más allá. De la expansión a la otra provincia se encargó Iván, como administrador de una sociedad creada en el año 2000, Alimencanarias, de la que cuelgan varias docenas de sociedades que dependen finamente de la matriz tinerfeña. Su misión consistía en abrir una gran cantidad de establecimientos en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura con precios lineales y muy competitivos, iguales en todas las islas y aprovechando el hueco abierto por la carestía de la cesta de la compra sobre todo en las dos islas más orientales. El proyecto se completaba con la fabricación de distintos productos, tal y como hacen en Tenerife, para autoabastecerse: desde pan, bollería y tartas congeladas hasta productos agrícolas procedentes de fincas de su propiedad, pasando por productos lácteos mediante la implantación de una explotación agropecuaria muy ambiciosa en Fuerteventura a través de la sociedad Capricornio, con la intención de vender carne caprina y fabricar yogures de cabra para poder exportar tanto a Europa como a África. También tenían pensado abrir una fábrica similar en Guía, y como complemento a todo esto, construir cerca de 600 viviendas en Valleseco, Teror, Arucas, Gáldar o Vecindario.

De todo lo proyectado, sólo se cumplió la primera fase: la apertura de unas cincuenta tiendas Cerca en Gran Canaria a partir del año 2003, que llegaron a ocupar a más de 400 empleados. En Lanzarote se alquilaron naves y locales comerciales en Playa Honda y en Argana Alta. En la Isla había interés en esta expansión. De hecho, se recibieron llamadas de dos alcaldes interesados en que se instalaran en la Isla para que hubiera más competencia, mientras que en Fuerteventura se habían conseguido los permisos ambientales y territoriales para poner en marcha el proyecto.

En diciembre de 2008, sin embargo, todo se va al traste. “Por diferencias internas”, según fuentes conocedoras del caso. Fuera como fuera, el hecho es que de la noche a la mañana, los locales en Lanzarote se quedan vacíos, la licencia en Fuerteventura no se paga, al igual que un crédito solicitado a CajaSiete de tres millones de euros, que también acaba en los tribunales, aunque con sentencia absolutoria para Iván. Las 600 viviendas no se construyen, víctimas en parte también del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, y finalmente los supermercados Cerca se cierran en diciembre de 2008. Ya por entonces el número de empleados había bajado y más de 240 personas se quedaron en la calle en plenas navidades y sin cobrar. Lo mismo les pasó a los proveedores y a algunos empresarios que se habían embarcado con Jesuman en la aventura y que producían en exclusiva para sus supermercados.

Los impagos

El Grupo comenzó entonces a actuar como si no tuviera nada que ver con los supermercados y no se hizo cargo de los impagos, que ascienden a más de nueve millones de euros, alegando que Alimencanarias había sido vendida a Iván en el año 2006 y que ya no tenía ninguna relación con Jesuman. Es entonces cuando aparecen pagarés asociados a cuentas sin fondos o que habían sido cerradas previamente, cuando los tribunales, los de lo contencioso, civil, penal y mercantil, comienzan a llenarse de demandas hacia Jesuman y sus administradores y cuando el Fondo de garantía salarial tiene que hacerse cargo de los sueldos de los empleados.

En estos años los problemas han ido cambiando de bando a pesar de que en un principio algunos empresarios deciden no denunciar porque llegan a acuerdos con Jesuman para poder seguir suministrando a sus tiendas en Tenerife. “¿Quién no quiere trabajar para Jesuman?”, dice un ex colaborador de la empresa. O quién puede permitirse el lujo de dejar de hacerlo. Suministrar a Jesuman garantiza trabajo seguro y una buena facturación al año: “Los bancos hacían cola para dar créditos a los hijos y al nieto de Don Jesús”, añade. Y así era. El Grupo Jesuman era garantía de solvencia. Cuando alquilaba un local, libraba doce pagarés para que el arrendador pudiera ir cobrando las doce mensualidades, así que cuando comenzaron los impagos, la alarma no saltó de forma inmediata y en algunos casos las deudas crecieron y crecieron.

Pero otros empresarios no tenían nada que perder porque ya lo habían perdido todo así que acuden a la Guardia Civil y a la Fiscalía. Primero se ponen siete denuncias pero después se suman media docena más, que reclaman más de nueve millones. El grupo de patrimonio de la sección de investigación criminal de la Policía Judicial se pone a trabajar y acaba elaborando un extenso informe y dando pie a las diligencias previas 807/2012 del Juzgado de instrucción número 1 de Las Palmas de Gran Canaria. La instrucción de la Guardia Civil no entra en si se produjeron diferencias internas entre los hermanos o si había celos hacia el sobrino por sus ansias de expansión. Va un poco más allá y pone sobre la mesa que más que una decisión empresarial repentina, había un modus operandi “sumamente automatizado” por parte de los responsables del Grupo Jesuman y una trama en la que cuando unas empresas dejaban de ser rentables desaparecían sin hacer frente a sus impagos porque no tenían ni capital ni patrimonio. Señala la Guardia Civil que se trata de “una estrategia urdida con premeditación para enriquecerse”, que todos los beneficios fueron a parar a la entidad matriz y, en definitiva, que Jesuman seguía teniendo el control de la parte grancanaria del grupo y que no había sido una aventura en solitario de Iván Herrnández. “Jesuman cuenta con un patrimonio suficiente para hacer frente a estas deudas. Se trata simple y llanamente -dice la Guardia Civil- de una actitud voluntaria e intencionada de no pagar más que una actitud involuntaria de no poder hacer frente a los pagos”.

A la investigación de la Guardia Civil se suma la Fiscalía de delitos económicos y la Agencia Tributaria. Todas consideran que la venta de Alimencanarias fue ficticia, así que la responsabilidad de los supermercados Cerca seguiría recayendo en Jesuman. Se basan en el hecho de que en varias ocasiones, tras esa fecha, el Grupo se hace cargo de varios pagos de las otras entidades, pero también en otros hechos, como que unos de los hermanos, en 2007, sigue actuando como representante en una negociación colectiva, que Iván continúa apareciendo como director de marketing de Jesuman o que en mayo de 2012, Jesuman renueva los derechos sobre la marca Cerca. Además, la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife condenó a Jesuman a hacerse cargo de una deuda de Alimencanarias en 2008.

Las declaraciones

En noviembre de 2012 los responsables de Jesuman comienzan a declarar ante el juez Alberto Puebla, imputados por delitos societarios, aunque también se investigan otros como estafa, insolvencia punible y falso testimonio. En ese momento sólo están imputados Iván y su tío José Ignacio. En un principio, parece que hay una sola versión y que todos están unidos. Tanto José Ignacio como José Manuel, que declara como testigo, dicen que Jesuman no tiene nada que ver ya con Alimencanarias y de forma indirecta responsabilizan a Iván de todo. José Manuel, el padre de Iván, en realidad se desvincula de todo. Declara que “nunca ha llevado la administración de la sociedad” y que asistía a las reuniones del consejo de administración pero no entendía lo que se hablaba, y se limitaba a firmar los papeles que le pasaban. El caso es que Iván se ha ido a vivir a China, desde donde aún no tiene que responder a la Justicia a pesar de que en España le esperan 72 procedimientos en juzgados de primera instancia, de instrucción, de lo social, de lo penal o en la Audiencia Provincial. Ya había sido condenado a nueve meses de prisión por falsedad en documento mercantil. Su padre llegó a afirmar en su declaración que le denegó a su hijo el permiso para usar el nombre de Jesuman en sus negocios, que no sabía exactamente dónde vivía pero que le habían dicho “que está en China”, y admitió que le llamaba por teléfono los fines de semana y que su hijo se marchó de Canarias porque se sentía perseguido.

Después declaran dos testigos clave y muy desfavorables para la tesis de Jesuman: el inspector de Hacienda David Monteseirín y la encargada de la cadena en Gran Canaria, Cristina Ramírez, que dice que todo el dinero se enviaba a Tenerife, donde se llevaba toda la gestión, desde las nóminas a los contratos del personal. Asegura que el dinero se trasladaba en efectivo a las oficinas, se contaba y se volcaban los datos en un programa informático y que los documentos y las facturas se enviaban a Tenerife y entre los días 5 y 15 de cada mes se vaciaban las cuentas corrientes de los supermercados, cuyas sociedades se quedaban sin fondos para afrontar los pagos a los proveedores. Esta trabajadora coordinaba cuarenta sociedades de menos de 25 trabajadores para evitar comités de empresa. En definitiva, lo que dice es que Jesuman controlaba todo el proceso en Gran Canaria. Según Ramírez la cantidad de dinero que se transfería a Tenerife la decidía José Ignacio, mientras que su sobrino Iván era “un mandado de la familia”.

Por otra parte, el inspector de la Agencia Tributaria firma un contundente informe de 52 folios en el que concluye que Rucaden, una de las sociedades que pertenecía por completo a Alimencanarias, cometió un fraude de 279.000 euros a la Agencia Tributaria. Por la cantidad defraudada, se trata de un delito penal del que se considera responsables no sólo a Iván Hernández, administrador de la sociedad, sino a los tres directivos de Jesuman. También Hacienda cree que Jesuman controla todas las filiales de Gran Canaria y que la venta de acciones en 2006 a Iván Hernández fue ficticia y sólo pretendía desvincular a la mercantil tinerfeña de cualquier responsabilidad sobre esa sociedad. Es más, señala que el dinero de la venta (2,7 millones) se ingresó en las cuentas de Alimencanarias y al día siguiente regresó a las cuentas de Jesuman. Hacienda llegó a ordenar una vigilancia al Servicio de Vigilancia Aduanera sobre Iván, antes de que se fuera a vivir a China, y concluyó que la relación con su padre era fluida, que acudía con él a comidas de negocios y que visitaba a menudo la central de Jesuman.

En mayo de 2013, el juez toma una decisión trascendental. Dicta una orden internacional de detención contra Iván Hernández Perera, que ya había sido citado en varias ocasiones pero no se había presentado. En julio, Iván se compromete por escrito a presentarse ante el juez, que suspende la orden, aunque Iván demora su presencia.

La guerra

Cuando llega, dice que el Grupo Jesuman sigue siendo propietario del 99% de Alimencanarias y asegura que no pagaba a Jesuman no porque no quisiera o no pudiera, sino porque no le facturaban. Es más, dice que él no estampó su firma en el documento de venta de acciones de la compañía. El documento original de ese contrato, de hecho, no aparece y José Ignacio no supo aclarar ante el juez dónde se encuentra. Iván hace responsable de todo a su tío José Ignacio y asegura que cuando se dio cuenta de que no tenía ningún poder de decisión empezó a separarse de la empresa.

Después de esta declaración es José Ignacio quien pide comparecer de forma voluntaria. A estas alturas ya están imputados los tres hermanos, y José Manuel declara también ese mismo día. Las versiones son bien distintas. La guerra es abierta. José Ignacio afirma que los supermercados Cerca fueron un proyecto personal de Iván mientras que José Manuel se queja de que sus hermanos no le cuentan nada, que “se la habían pegado” en varias ocasiones y que la ampliación de capital y la venta de Alimencanarias fue “una salvajada” contra su hijo.

La instrucción del caso está llegando a su fin. Este mes de junio el juez emitía un auto por el que rechazaba el recurso del Grupo contra la imputación de la empresa como responsable civil y de sus accionistas como responsables penales. El juez sigue sosteniendo que hay indicios suficientes para considerar que Jesuman estaba y está detrás de Alimencanarias, que mantiene el control y que daba todas las órdenes de la expansión a Gran Canaria y de su retirada. El juicio se acerca. Jesuman afronta un nuevo ciclo, los acreedores siguen sin cobrar y el juez debe decidir si, además de responsables de las deudas, los hijos de Don Jesús también lo son de una gran estafa o solo de una expansión fallida.

[Este es un contenido Premium de CANARIAS AHORA SEMANAL. Hazte Lector Premium para leerlos todos y apoyar a sus periodistas]

Etiquetas
stats