Firmar un cheque en blanco en urgencias

Thalía Rodríguez / Thalía Rodríguez

Martha llegó a Gran Canaria con su familia en 2002 huyendo de la crisis del Río de la Plata. Ella posee la ciudadanía española y su marido italiana.

En 2006 la madre de Martha se trasladó desde Uruguay a Canarias, donde obtuvo la tarjeta sanitaria, hasta el año pasado que la perdió con la entrada en vigor de la reforma promovida por el Gobierno español.

Hace un mes, la madre de Martha sufrió una caída en la calle y se fracturó el fémur. “No sabía si llamar a la ambulancia, porque ya habíamos intentado ir a su médico de cabecera pero no quiso atenderla”, nos cuenta Martha.

Finalmente la madre de Martha fue trasladada en ambulancia al hospital, donde fue operada de urgencia.

La sorpresa llegó unos días más tarde, “recibimos una carta de gerencia diciendo que al no tener tarjeta sanitaria se nos iba a abonar todo el coste del proceso. Ingreso en el hospital, traslado en ambulancia, operación con prótesis, etc.”

La noticia cayó como un jarro de agua fría, “creía que se me venía el mundo encima. Nuestra situación actual es muy complicada. El único ingreso en casa es mi sueldo y soy mileurista”, lamenta Martha.

Confiesa que “hace magia” todos los meses para pagar las facturas, la hipoteca y los demás gastos familiares. “Llega un momento en que te acorralan de tal manera que uno pierde hasta la humanidad”, asegura.

Una semana más tarde, la madre de Martha fue trasladada en ambulancia al hospital para una revisión postoperatoria. Explica que, “al tratarse de un traslado no urgente, nos dieron un documento en el que nos comprometíamos a pagar los gastos del traslado. Pero nadie nos supo decir cuánto nos va a costar”.

Martha acudió al consulado uruguayo, que elaboró un escrito gracias al cual obtuvo la tarjeta especial sanitaria para su madre. “Los requisitos que piden son muy difíciles de cumplir, pero gracias a la intervención del consulado la conseguimos”, añade.

Pero la adquisición de la tarjeta no terminó con sus problemas,“cuando nos presentamos en el hospital con la tarjeta especial sanitaria de mi madre me dijeron que tenían que estudiarlo, porque no sabían si había sido emitida después de que pasara todo. Desconocen si tiene carácter retroactivo”.

Lo curioso es que a día de hoy, nadie le ha dicho a Martha cuánto tiene que pagar. En los documentos que firmó en el hospital no constaba importe alguno y asegura que nadie supo decirle qué cantidad tendrá que abonar por los servicios sanitarios.

“Todavía no sé cuánto tengo que pagar y no sé cómo voy a hacerlo”, lamenta Martha.

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