La OMS pide que se prohíban los test sanguíneos para detectar la tuberculosis

Recuerda que los test microbiológicos o moleculares son más precisos

GINEBRA (SUIZA), 20 (Reuters/EP)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido este miércoles que se prohíban en todo el mundo y se dejen de usar “inmediatamente” los test sanguíneos para detectar la tuberculosis, ya que estos son defectuosos y pueden poner en riesgo a millones de personas.

Hace un año, este organismo de Naciones Unidas inició un estudio para comprobar la eficacia de estos kits de diagnóstico, que se desarrollan en países como Francia, Estados Unidos o Alemania para luego ser exportados a los países en desarrollo, ya que en estos países al no haber superado los estándares regulatorios de las naciones ricas.

Ahora han concluido que existen “evidencias abrumadoras” que demuestran que estos test “producen un nivel inaceptable de resultados erróneos”, lo que lleva a un mal diagnóstico y a problemas terapéuticos.

Según sus datos, cada año se realizan al menos dos millones de estas pruebas en unos 17 países en desarrollo, incluidas China y La India, casi exclusivamente por parte de médicos y profesionales sanitarios del sector privado o semi-privado.

El problema, según apunta la OMS, es que al menos la mitad de las pruebas hallan la enfermedad en pacientes que en realidad no la tienen o, al contrario, señalan su ausencia cuando la tuberculosis está presente.

“Ponen en peligro la vida de los pacientes”, ha reconocido Mario Raviglione, jefe de Prevención de la Tuberculosis de la OMS, quien pide a las autoridades sanitarias que “prohíban aquellos test que sean inexactos o no estén autorizados” y, en cambio, se apueste por los test microbiológicos o moleculares.

La especialista en tuberculosis de la OMS Karin Weyer también ha remarcado que la OMS nunca ha recomendado el uso de estos test, que “suelen comercializarse en países con mecanismos regulatorios débiles, donde hay incentivos cuestionables que pueden soslayar el bienestar de los pacientes”.

“Es un negocio multimillonario centrado en la venta de pruebas por debajo del estándar que brindan resultados poco confiables”, añadió.

Se trata de la primera “negativa” explícita de la OMS sobre una práctica relacionada con el tratamiento de la tuberculosis, una enfermedad que causa 1,7 millones de muertes anuales.

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